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Adiós al hombre de la tecnología amable

Steve Jobs, cofundador de Apple, la persona que simplificó la complejidad y creó nuevos hábitos de ocio y comunicación, muere a los 56 años víctima de un cáncer

Uno de los grandes innovadores de los últimos 75 años moría anoche en California. A los 56 años, y tras ser cofundador a los 21 de Apple, Steve Jobs, figura icónica que transformó los hábitos de consumo de varias generaciones, perdía la batalla contra el cáncer que consumió los últimos años de su vida. Con un breve comunicado, Apple informaba anoche que había muerto. "Estamos profundamente entristecidos por tener que anunciar la muerte hoy de Steve Jobs". "Su brillantez, su pasión y su energía fueron la fuente de incontables innovaciones que enriquecieron nuestras vidas. El mundo es inmensamente mejor debido a Steve", finalizaba el comunicado.

Pero el enigmático, reservado y visionario Steve Jobs era mucho más que el consejero delegado de Apple. Nunca antes una marca estuvo tan asociada a una persona. El Thomas Edison del siglo XXI hizo del ordenador un artilugio simple de usar, cambió la manera de hacer negocio con la música a través de Internet y lanzó la telefonía móvil en otra dimensión.

"Su brillantez fue fuente de incontables innovaciones", dijo la compañía
El creador del Mac y del iPhone luchó siete años contra su enfermedad

La familia emitió otro comunicado por separado en el que explicaba que Jobs había muerto "en paz" y rodeado de sus seres queridos. "Sabemos que muchos de ustedes llorarán la pérdida con nosotros y les pedimos que respeten nuestra privacidad durante este momento de pena".

Tanto la compañía como la familia no hicieron mención alguna a la causa de la muerte del creador del iPod, iPhone e iPad. Jobs luchó durante años contra un cáncer de páncreas y hace tiempo fue sometido a un transplante de hígado. El pasado mes de agosto, abandonaba la presidencia de la compañía y cedía su puesto a Tim Cook.

Steve Jobs nació un 24 de febrero de 1955 en San Francisco. Sus padres biológicos, Abdulfattah Jandali -de origen sirio- y Joanne Schieble, no estaban casados. Fue adoptado por Paul y Clara Jobs. Se crió en el seno de una familia con pocos recursos. Y abandonó la Universidad, porque sabía que las oportunidades estaban fuera de las aulas. Lo que en su caso se tornó una realidad poco más tarde. A los 12 años, ya había escrito a William Hewlett para hacer unas prácticas en su compañía, HP. Le gustaba la ingeniería, y ya de niño no solo estaba seguro de que sería rico, además tenía la ambición de llegar a ser uno de los más grandes entre los grandes, tan popular como Shakespeare o Einstein.

Anoche, la página web de Apple se transformaba en un homenaje a un hombre irreemplazable para la compañía con la página entera dedicada a una imagen suya con la siguiente nota: "Steve Jobs 1955-2011". Al pinchar sobre la instantánea se revelaba el siguiente texto: "Apple ha perdido a un visionario y a un genio creativo y el mundo ha perdido un extraordinario ser humano. Aquellos de nosotros que hemos tenido la fortuna de trabajar con él y conocerle hemos perdido un amigo y un mentor que nos inspiraba. Steve deja atrás una compañía que solo él podía construir y su espíritu será siempre la base de Apple".

Durante su larga carrera de más de 30 años en el sector, Jobs transformó Silicon Valley. Pasó de ser un lugar que solo producía fruta a un centro de innovación de la industria tecnológica. Apple fue fundada en abril de 1976 en un garaje en Los Altos (California), tal y como mandan los cánones del sueño americano. Al lado de Steve Jobs estaba su compañero de estudios y amigo Steve Wozniak. El dúo era perfecto. Jobs, que entonces tenía 21 años, se encargaba de las ideas y de vender el producto. Wozniak se dedicaba a las cuestiones de ingeniería que daban vida a complejos artilugios tecnológicos.

Así, y con un respaldo financiero de 90.000 dólares, nació su primera computadora, Apple I, con una visión: popularizar el uso de los ordenadores personales, llevándolos de las oficinas a las casas.

En 1977 llegó su primer éxito con el Apple II, la primera computadora producida en masa para el consumo. En tan solo dos años, la facturación de la compañía se multiplicó por 15, lo que les convirtió en multimillonarios antes de cumplir los 25 años.

El popular símbolo de la manzana con un bocado al lado derecho lo tomó de los Beatles, que utilizaban la imagen de la fruta del pecado original en sus discos a finales de los sesenta. La elección le costaría después una intensa batalla legal para su uso en la tienda electrónica iTunes, donde la música de la banda de Liverpool estuvo ausente hasta otoño de 2010. Era solo el inicio de lo que estaba por llegar, en una época en el que el IBM era el gigante a batir.

Pero a Jobs le fue diagnosticado un cáncer de páncreas en 2004. Lo hizo público un año después, en el discurso de graduación en la Universidad de Stanford. En abril de 2009 fue sometido a un transplante de hígado tras negar durante meses los rumores sobre su delicado estado de salud. En septiembre de ese año reapareció para lanzar la tercera generación del popular reproductor iPod. Alarmantemente delgado y con la voz muy débil, aprovechó para hacer campaña por la donación de órganos.

Aunque se le considera uno de los grandes innovares de la historia, no fue porque creara nuevos productos. Jobs ni inventó el ordenador personal, ni el ratón, ni los reproductores digitales de música, ni los teléfonos inteligentes, ni las tabletas, ni las tiendas electrónicas de música o de libros. Y estaba obsesionado con la competencia, a la que forzó a redefinir sus estrategias.

Jobs tuvo la capacidad de simplificar la tecnología existente y explotar su potencial en el momento adecuado. El Mac que hoy se conoce debutó en el mercado en enero de 1984 como el primer ordenador que presentaba todas sus funciones de una manera gráfica. Y lo dotó de un ratón para que el usuario pudiera desplazar el cursor por la pantalla y con un simple click activar las funciones de los distintos programas. Simplificó la complejidad.

El Macintosh marcó el futuro, a pesar de que sus funciones eran limitadas y su uso cuestionable. Pero lo que abrió sus productos al consumo en masa fue el reproductor iPod y la tienda electrónica iTunes para la descarga legal de música. Así rompió el nicho en el que estaba metido Apple, lanzando nuevos productos más allá de los PC y poco a poco la suerte de la compañía empezaría a cambiar. La cuadratura del círculo llegó en junio de 2007 con el iPhone. Jobs consiguió así crear un atractivo hacia los Mac para los consumidores, ya que eran vistos como un club reservado al diseño y la publicidad. En la primavera de 2010 se le sumó la tableta iPad.

Steve Jobs, que se presentaba en público en vaqueros y camisa negra con cuello de tortuga, era una persona obstinada, apasionada, egocéntrica, arrogante y perfeccionista. Era también un genio de la promoción y la imagen. El anuncio que utilizó para el lanzamiento del primer Macintosh rompió moldes y está considerado como uno de los 50 mejores en la historia de la televisión. La estética es otra de las claves de su éxito.

Jobs era la imagen de Apple y su historia define la de la propia Silicon Valley. De hecho, podría decirse que hay un antes y después en el mundo tecnológico que lo marca Apple. Una combinación difícil de replicar que le permitió conectar la tecnología con las tendencias, y que explica el tsunami mediático que acompaña a cualquier artilugio que lanza al mercado.

Steve Jobs durante su última aparición pública, el pasado mes de juno, durante la presentación de iCloud.
Steve Jobs durante su última aparición pública, el pasado mes de juno, durante la presentación de iCloud.DAVID PAUL MORRIS (GETTY)

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