La familia Chillida lanza un ultimátum para reabrir la negociación sobre el museo

En un nuevo capítulo de la polémica política y cultural en que se ha convertido el futuro de Chillida-Leku, la familia del escultor recurre a la vía parlamentaria para llegar a las instituciones y poner de nuevo sobre la mesa el presente y el porvenir del museo, cerrado el pasado 1 de enero. Los herederos del artista han enviado una carta a los grupos representados en la Comisión de Cultura del Parlamento -PP, PSE-EE, UPyD, PNV y Aralar- en la que se les plantea la siguiente cuestión: "¿Creen ustedes de verdad que hay interés y voluntad de buscar ese futuro?"

Además, la familia del artista fija un plazo de seis meses para recibir una respuesta. "No pretendemos que nos deis hoy una respuesta. Entendemos que hay que tratarlo en el seno del Parlamento. Pero tampoco vamos a dejar pasar el tiempo sin más", indican en el texto.

La familia remite una carta a los parlamentarios de la Comisión de Cultura

La carta fue remitida a los parlamentarios el pasado 29 de septiembre, un día después de que los mismos, a excepción del representante de Aralar, realizaran una visita a Chillida-Leku en respuesta a la invitación que los hijos del escultor, Luis e Ignacio, hicieron a los miembros de la comisión cuando comparecieron ante la misam en junio.

Al igual que entonces, los Chillida vuelven a insistir en que solo quieren "proteger Chillida-Leku, el legado de Eduardo Chillida" y se mantienen en la idea de que "las instituciones vascas son una salvaguarda, una garantía". También recalcan, tal y como lo han hecho en numerosas ocasiones, que no buscan apoyos puntuales ni subvenciones sino "un futuro" basándose en tres premisas: "Carácter monográfico del espacio, unidad permanente de la colección en los actuales terrenos y responsabilidad sobre el legado de Eduardo Chillida".

Los herederos inciden en la carta enviada a los parlamentarios: si no obtienen una respuesta, tendrán que "analizar otras alternativas para proteger el legado de Chillida". Si la respuesta es afirmativa a la petición de buscar una solución, ante unas negociaciones bloqueadas con el Gobierno vasco desde el pasado mes de mayo, proponen: "Como ya dijimos en la comparecencia de junio, deseamos que un grupo profesional y experimentado redacte, blanco sobre negro, y con toda claridad, el acuerdo de futuro para Chillida-Leku". En caso contrario, si la respuesta es negativa, la familia afirma que terminará "con este calvario" sobre el Chillida-Leku y que "tomarán las decisiones que considere mejor para el legado liberando a las instituciones vascas de cualquier compromiso".

La familia lleva tiempo coqueteando con otras alternativas que garanticen la protección del legado a largo plazo: "No uno o tres años sino 20 o 50, al margen del color de los Gobiernos". Recientemente, Ignacio Chillida afirmaba a EL PAÍS: "Si en un futuro próximo se ve una luz, bien; si no, esto está mucho mejor en otros lugares, porque pueden ser muchos".

Son varias las instituciones privadas que han contactado con los Chillida para el futuro del museo. La verja sigue cerrada al público, pero siempre hay estudiosos que desean profundizar en la obra del escultor. Hay movimiento en las campas de Zabalaga.