Fuego real contra civiles desarmados
"Están usando fuego real contra civiles desarmados. Desde hace dos semanas, ya no usan cañones de agua o gases lacrimógenos, sino balas e incluso lanzagranadas", denuncia indignado Tariq Noman, un destacado cirujano del corazón que ejerce como coordinador del hospital de campaña de la revuelta. Tres centenares de voluntarios, entre médicos, anestesistas, enfermeras y farmacéuticos, atienden por turnos este improvisado sanatorio instalado en la mezquita de la Universidad.
"Desde el inicio de las protestas, los hospitales del Gobierno han rechazado a los manifestantes heridos y, cuando por su gravedad les han atendido, han dejado que la policía entrara a detenerlos", cuenta Noman. El cirujano no oculta su malestar ante la gestión del presidente Ali Abdalá Saleh.
"No solo ha destruido el país sino, lo que es más grave, ha destruido su futuro", afirma. "Aquí solo practicamos los primeros auxilios y los casos graves los derivamos a cinco hospitales privados que nos han ofrecido su colaboración gratuita", explica Noman.
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