Juicio a seis urbanos por torturar a un traficante
Seis agentes de la Guardia Urbana de Barcelona afrontan una petición fiscal de dos años de cárcel por torturar a un presunto traficante de drogas en comisaría. Los hechos, que se juzgan esta semana en la Audiencia de Barcelona, ocurrieron en 2006 en la discoteca Bikini. Un presunto camello nacido en Trinidad y Tobago ofreció a dos de los policías -que estaban fuera de servicio- una pieza de hachís por 20 euros. Los agentes se identificaron como tales y Yuri S. intentó evitar su detención estampando un vaso de cristal en la cara de uno de ellos.
Ante la agresión de Yuri S., otros cuatro urbanos que también estaban en la sala de baile acudieron en auxilio de sus compañeros. Fueron igualmente agredidos hasta que lograron reducirle. Una patrulla uniformada se llevó al traficante a la comisaría de la Zona Franca, adonde acudieron también, en sus propios coches, los seis agentes acusados. En una de las dependencias, como represalia, los policías propinaron al acusado diversos puñetazos y patadas, según considera probado el fiscal.
Los golpes se sucedieron incluso cuando el detenido estaba ya tendido en el suelo. Los agentes, además, apagaron un cigarrillo en el hombro del detenido y le restregaron la cara con una fregona, según el fiscal. La víctima -que afronta una petición de ocho años de cárcel por tráfico de drogas- ratificó ayer los malos tratos y afirmó que la discusión se inició por una chica.
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