Editorial Moll negocia su deuda para evitar el cierre

"No hay peligro de quiebra. No abandonaremos". El economista Francesc Moll, presidente de Editorial Moll, la distribuidora de libros y la librería Llibres Mallorca de Palma, afronta su segunda grave crisis tras superar en 1990 una suspensión de pagos. "Seguiremos adelante con la solidaridad de los lectores, los autores y los acreedores. Hay buena voluntad", afirma Moll.

La más que simbólica factoría cultural del catalanismo de Mallorca, una empresa familiar con 77 años de vida que fue fundada por el filólogo Francesc de Borja Moll, negocia una salida preconcursal con sus principales acreedores (la caja Sa Nostra, varias editoras catalanas y el personal) para lograr el pago atrasado de los 600.000 euros de deuda acumulada. Once personas integran la plantilla y no se descarta un ajuste laboral tras el cobro de salarios atrasados

Moll atribuye su desequilibrio al coste de la reedición en 2007 del monumental Diccionari català-valencià-balear (DCVB), de 10 tomos, que le obligó a firmar un crédito de 400.000 euros. La caída de ventas de libros -un 30%- lastra las cuentas de la distribuidora, que trasladó su sede a un edificio en alquiler. La librería Llibres Mallorca está equilibrada. "Tenemos buenos activos y la comprensión de los autores a los que debemos derechos", significó Moll. "Si nos compran libros en la web o en la librería, nos ayudarán", señaló Moll. La reedición de las Rondalles mallorquines y el DCVB -más los manuales de catalán- formaron el caudal que nutrió la caja de los Moll.