La Alianza Atlántica se moviliza en Kosovo frente a la violencia

El verano caliente vivido en el norte de Kosovo con enfrentamientos entre serbios y kosovares en la ciudad de Mitrovica, en el norte del territorio, sigue en este otoño hasta el extremo de forzar a la OTAN a desplegar decenas de soldados de su contingente de la Kfor fuertemente equipados para mantener un cierto control sobre la situación. "Vamos a seguir manteniendo el orden", precisó ayer una fuente estadounidense de la Alianza, "y esto demuestra que la OTAN tiene que seguir".

La OTAN es el tercer eslabón para la cadena de intervención en Kosovo, una vez se hayan mostrado incapaces de contener las tensiones las dos defensas previas: las fuerzas de seguridad kosovares, en primera estancia, y en su defecto, las fuerzas europeas de Eulex. La entrada en acción de la Kfor, que mantiene unos 5.500 soldados en el territorio, prueba lo precario del equilibrio allí existente.

Lo que comenzó a mediados de julio en los confines fronterizos entre Kosovo y Serbia ha vuelto a vivir un estallido esta semana, con los enfrentamientos del martes entre serbios y kosovares que obligaron a una intervención de Kfor, saldada con una veintena de heridos (cuatro soldados aliados y el resto, civiles serbios). La negativa de los serbios de Mitrovica de aceptar los puestos fronterizos albanokosovares ha sido el detonante de la última oleada de violencia.

Mitrovica pertenece a Kosovo, pero el norte de la provincia solo está habitado por serbios, unas 60.000 personas que se sienten unidas a Belgrado. Serbios eran también los agentes de aduanas que a mediados de mes fueron relevados por policías enviados desde Pristina.