Las protestas de sanitarios contra los recortes colapsan Barcelona
A primera hora del día y a media tarde, en los dos periodos cruciales del tráfico, las protestas del personal sanitario por los recortes de la Generalitat en la sanidad pública colapsaron el centro de Barcelona.
Por la mañana, la Generalitat se disponía a negociar el recorte de las nóminas del personal sanitario y se encontró con que unos 200 empleados del sector irrumpieron en la sede del Instituto Catalán de la Salud, donde se realizaba la reunión con los dirigentes de los principales sindicatos. El boicot impidió la circulación de vehículos durante horas y provocó escenas surrealistas, como la de manifestantes subidos en la mesa de negociación lanzando al suelo toda la documentación que encontraban a su paso. Algunos de ellos se encararon con los dirigentes de la Generalitat antes de regresar voluntariamente a la calle, por lo que el Gobierno catalán citó a los líderes sindicales para el próximo lunes.
El encuentro, que entre otros asuntos debía abordar la supresión de la mitad de la paga extra de Navidad para los cerca de 41.000 empleados de la sanidad pública en la comunidad, coincide con otros síntomas de hartazgo entre la plantilla del sector. Por la tarde, otro millar de manifestantes volvió a tomar el centro e impidió el tráfico.
Un grupo de médicos del Hospital Bellvitge, por su parte, se ofreció para operar gratis a enfermos de cáncer para reducir las listas de espera, medida que rechazó la dirección del centro.
Medio millar de trabajadores del hospital Sant Pau de Barcelona, centro que cerrará las consultas los viernes, aprobaron en asamblea abrir las consultas ese día de la semana. El comité de empresa de este centro, por su parte, reclamó al patronato del hospital que asuman la deuda de 10 millones de euros por la que el centro ha planteado un ERE temporal sobre la mitad de la plantilla. El comité reprocha que el patronato -formado por la Generalitat, el Ayuntamiento barcelonés y el Arzobispado de Barcelona- acumula unos 1.200 inmuebles que tiene alquilados y que están valorados en más de 300 millones de euros. "Deberían dar la cara en estos momentos", subrayó un portavoz sindical.
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