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El fiscal de Madrid se suma a las críticas contra el 15-M

Aguirre ha calificado a los indignados como "camorristas" y "pendencieros"

El Movimiento 15-M, que tomó la plaza de Sol durante casi un centenar de días reclamando cambios en la política española, está recibiendo, durante los últimos días, críticas de los sectores más conservadores de la región. El pasado lunes fue la presidenta de la Comunidad de Madrid la que calificó a este movimiento ciudadano como "camorrista" y "pendenciero". Y señaló que los indignados "abogan por un principio de democracia directa bajo el que se puede esconder un golpe de Estado".

Menos ofensivo, pero en la misma línea se manifestó ayer el fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Manuel Moix, quien censuró el Movimiento 15-M. Durante su discurso en la apertura del año judicial, Moix señaló que los indignados están ignorando el principio primordial de la convivencia democrática con sus protestas. "Ningún derecho, ni siquiera los derechos reconocidos como fundamentales, es absoluto", proclamó. Y justificó su declaración al asegurar que todos los derechos tienen sus límites, y el primero es el respeto a los derechos de los demás. "En una sociedad democrática no se puede ocupar la vía pública porque se quiera", dijo.

Moix censuró algunas de las actuaciones del 15-M, como la masiva ocupación ilegal de las vías públicas, obstaculizar Corporaciones locales o Parlamentos autonómicos democráticamente elegidos por los ciudadanos o impedir ejecutar resoluciones judiciales firmes. "Deslegitiman a los que así actúan y, con ello, exteriorizan su ignorancia sobre los valores que deben inspirar la convivencia democrática". Asimismo, indicó que se debe estar alerta sobre "la inmoralidad que podría suponer pretender trasladar a la opinión pública la falacia de que es lícito y hasta bueno realizar actos ilegales al margen de los cauces establecidos por las normas jurídicas".

Poco antes de que Moix proclamara su discurso, la presidenta madrileña escribía en Twitter: "Bajo la apariencia de inocentes movilizaciones que se pretenden formas de democracia directa se esconde la desle-gitimación de nuestro sistema representativo". Poco después escribió otro comentario en su cuenta de la red social: "Cuando a la democracia se le añade un adjetivo, ya sea orgánica, popular o directa, en realidad se está hablando de dictadura". Durante toda la mañana, la presidenta madrileña atizó al Movimiento 15-M. "Los llamados indignados se consideran autorizados para definir quién es el pueblo y lo que realmente niegan es el propio sistema democrático", escribió más tarde.

Las críticas de Aguirre al 15-M provocaron la reacción del portavoz del Gobierno, José Blanco: "Hay que tener respeto por la libre expresión de los ciudadanos, que es una seña de identidad clara de la democracia".

Esperanza Aguirre consulta su teléfono móvil durante la apertura del año judicial de Madrid.
Esperanza Aguirre consulta su teléfono móvil durante la apertura del año judicial de Madrid.ULY MARTÍN

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