Pasión, perdón y política con Verdi

Verdi estrenó Simon Boccanegra en La Fenice veneciana con fracaso en 1857, fracaso que se repitió en la Scala. Más de 20 años después, volvió sobre ella, la reescribió y la llevó de nuevo a Milán en 1881. No solo fue un éxito, sino que el paso del tiempo la ha asentado como una de las más grandes y emocionantes obras de la madurez del compositor italiano (1813-1901). La Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) abre el sábado en el Euskalduna su 60ª temporada con esta historia de pasión, perdón y política ambientada en la Génova del siglo XIV, en una producción del Teatro Regio di Parma.

Encabezan el elenco el barítono georgiano George Gagnidze como Boccanegra y la soprano Ainhoa Arteta en el rol de Amelia. Gagnidze, quien con ese mismo papel cerró, por ejemplo, la temporada del Real el año pasado, se estrena en la ABAO con una obra que ayer, en su presentación, vinculó con el reciente 150º aniversario de la unidad de Italia, la "unidad y sentido de pueblo" de la que hablan Simón y, por su boca, Verdi. Arteta afronta por primera el papel de Amelia, "difícil y vocalmente complicado". "El conjunto de la ópera requiere de muchísima técnica", resaltó.

Dirigirá a la Sinfónica de Euskadi Donato Renzetti, destacado especialista en el repertorio verdiano, quien calificó la ópera como "muy moderna", de sombría orquestación, a la que Verdi llevó en su versión definitiva algunas de las últimas innovaciones en su arte compositivo. Completan el elenco en los principales papeles el tenor Stefano Secco y el bajo Orlin Anastassov.

Para montar este Simon Bocannegra el director de escena Hugo de Ana ha preparado un montaje de gran complejidad técnica con unos elementos monumentales.