Camps alega que compra trajes más caros que los de Gürtel

El expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps intenta que dos jefes de planta de unos grandes almacenes comparezcan como testigos en la llamada causa de los trajes, en la que está acusado de cohecho pasivo impropio. Su objetivo no es solo demostrar que suele comprar allí, sino que las prendas que adquiere son más caras que las que presuntamente le regalaba la trama Gürtel. Según la Fiscalía Anticorrupción, los trajes con los que le obsequió la red mafiosa costaban entre 600 y 1.000 euros.

En una traslación jurídica del argumento de que un presidente autonómico "no se vende por tres trajes", la defensa de Camps sostiene en sus últimas alegaciones que resulta "grotesco" considerar "que unas cuantas prendas de vestir" puedan "entenderse de provecho para el acusado". Especialmente "tratándose de prendas de mercado de escaso valor", más baratas que las que él compra en los almacenes que frecuenta.

La fiscalía considera acreditado que Camps aceptó 12 trajes, cuatro americanas y otras nueve prendas por valor de 14.021 euros. Su exvicepresidente Víctor Campos y el ex jefe de gabinete de la Consejería de Turismo Rafel Betoret fueron condenados la semana pasada por haber aceptado de la trama corrupta ropa valorada en 5.529 euros y en 13.499 euros, respectivamente.

Camps ya intentó presentar como prueba en el procedimiento fotos de su armario (con prendas cuyo origen sí estaba justificado) y de actos institucionales en los que no aparecía con las prendas que supuestamente le regaló la trama.

El expresidente valenciano está a la espera de que el magistrado Juan Climent resuelva las cuestiones previas y fije fecha para el juicio ante un tribunal del jurado, salvo que atienda alguna de sus últimas peticiones.

La más llamativa es la que pretende que el Tribunal Superior de Justicia valenciano remita la causa al Tribunal Supremo al considerar que, en caso de haber cometido el delito, habría sido en Madrid.

La defensa del presidente argumenta que "ninguna actuación dice que parte de los hechos ocurrieron en Valencia". Lo cierto es, sin embargo, que las acusaciones han sostenido durante el procedimiento que las dádivas fueron entregadas a sus destinatarios en Valencia: en sus domicilios, en casa de Álvaro Pérez, El Bigotes, o en la sede de la empresa Orange Market. Y que así se recoge literalmente en las sentencias de Campos y Betoret. Las fuentes jurídicas consultadas consideran por ello altamente improbable que el juez acepte enviar la causa al Supremo.