"No hay separación de ETA, más bien una interpretación a dos coros"
El Gobierno sostiene ante el Constitucional que la nueva Batasuna no podrá hacer política mientras "la banda exista" y tilda de "ficción" sus estatutos
La Abogacía del Estado, a las órdenes del Gobierno, ha dirigido al Tribunal Constitucional un escrito donde sostiene que la izquierda abertzale sigue bajo el paraguas de ETA -"tocan a cuatro manos la misma pieza"- y que por eso no es posible que Sortu sea legalizada y la exBatasuna regrese a la escena política de Euskadi.
En su escrito de alegaciones, similar al que prepara la Fiscalía General, la Abogacía pide al Constitucional que rechace el amparo solicitado por los promotores de Sortu para su legalización y concluye que las formaciones promovidas por Batasuna -incluyendo a Bildu aunque sin citarla- no pueden normalizar su situación política: "Mientras ETA no desaparezca definitivamente, la Izquierda Abertzale, ilegalizada o legalizada [en cursiva en el escrito] no puede pretender colocarse en el plano de normalidad política de los demás partidos si no se desvincula de ETA sin ofrecer ningún atisbo de duda, mediante un rechazo expreso de la violencia etarra y una petición de disolución de la banda terrorista".
Sobre el silencio de Sortu al comunicado de ETA: "Quien calla, consiente"
El escrito, similar al que prepara la fiscalía, incluye a Bildu pero sin citarla
Los impulsores de Sortu registraron el pasado febrero unos estatutos en el Ministerio del Interior donde asumían la Ley de Partidos y se desvinculaban de la violencia de ETA. Pese a eso, el Tribunal Supremo decidió, a instancias de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado, ilegalizar a Sortu por nueve votos frente a siete. El tribunal entendió, apoyándose en documentos incautados a la banda y a la izquierda abertzale, que la nueva formación solo pretendía dar continuidad a la ilegal Batasuna.
Sortu presentó ante el Constitucional un recurso de amparo en el que denunciaba que el Supremo obvió en su resolución los estatutos, que suponían "la materialización de la ruptura con la estrategia de ETA y el rechazo al uso de la violencia como método para el logro de objetivos políticos".
La Abogacía del Estado no ve tan claro que los estatutos de Sortu sean argumento suficiente a favor de esa formación: "Los primorosos estatutos no pasan de ser una ficción forjada exclusivamente para lograr fraudulentamente la inscripción en el registro de partidos [...] El nuevo partido representa el último intento -más refinado jurídicamente y mejor preparado mediática y políticamente- de continuar la obra de los partidos disueltos en concierto con ETA". No ha habido, dice la Abogacía, una "declaración inequívoca de distanciamiento, rechazo y condena". Una declaración en la que no haya "sombra de artificio o fingimiento".
En el escrito de alegaciones que presentará el Gobierno ante el Constitucional también se analiza con detenimiento el último comunicado de ETA del pasado 13 de julio en el que valoraba los resultados de las elecciones del 22 de mayo, donde Bildu, una coalición de partidos impulsada por las mismas personas que promovieron Sortu, logró más de 100 alcaldías y la Diputación de Gipuzkoa.
En ese comunicado, según la interpretación que hace la Abogacía del Estado, ETA se arrogaba el mérito de haber conseguido sentar en las instituciones vascas a cientos de representantes de la izquierda abertzale. "Tras los vivas de rigor", escribe el abogado del Estado, "la consigna de siempre: Jo ta ke independentzia lortu arte ("Sin cejar hasta conseguir la independencia"). Por experiencia sabemos qué significan para ETA las palabras "sin cejar". ¿Qué respuesta ha dado Sortu o sus promotores al último comunicado de ETA? El silencio. En este contexto ha de regir la regla qui siluit cum loqui et debuit et potuit consentire videtur: el que calla cuando debe y puede hablar, consiente".
El abogado del Estado insiste en que "no aparece por ningún lado la desvinculación, separación o incluso contraposición entre ETA e Izquierda Abertzale-Batasuna. Más bien lo que aparece es una interpretación a dos coros del mismo motivo melódico sin demasiada desarmonía al principio y plena armonía al final". Y concluye: "Mientras ETA exista, esté armada y la Izquierda Abertzale-organización no rompa con la banda de una manera incontrovertiblemente real, no podrá ser un actor político normal, equiparable a otros partidos". Porque "la mera subsistencia de la banda supone en sí misma una amenaza de violencia que altera el normal desenvolvimiento de la actividad de los otros partidos".
Entre el Supremo y el Constitucional
- La izquierda 'abertzale', legal e ilegal. La izquierda abertzale espera el pronunciamiento del Constitucional, un tribunal que avaló la presencia de Bildu en las pasadas elecciones municipales. Los promotores de Bildu eran, entre otros, los mismos que idearon Sortu, a la que el Supremo impidió registrarse como partido por considerar que se enmarcaba en la estrategia de ETA y suponía la continuidad
de Batasuna.
- Bildu legal: "La simple sospecha no sirve". La sentencia del Constitucional que amparaba a Bildu señalaba: "La sospecha de que la creación de la coalición recurrente y su repudio a la violencia responden al designio de cooperación política con ETA debe quedar, en este momento, neutralizada por algo que no es una simple conjetura o un indicio, sino un dato de imposible desconsideración: la coalición está formada por dos partidos [Eusko Alkartasuna y Alternatiba] que con reiteración condenan la violencia de ETA, de modo que no hay ninguna razón para suponer que la acogida en sus listas de independientes se haya realizado con olvido de aquellas posiciones públicas".
- Sortu ilegal: "La simple condena no basta". El Tribunal Supremo sentenció: "Las condenas a la violencia realizadas en los estatutos carecen de valor cuando son utilizadas con la finalidad indicada. Es la propia ETA la que establece la estrategia comunicativa de su brazo político Batasuna, sin más finalidad que la puramente instrumental e interesada de consecución de objetivos comunes. Estamos ante una nueva manifestación de enmascaramiento o disfraz del complejo ETA-Batasuna para conseguir su real participación en la vida política".
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