Ciaboga por la igualdad

El puerto de San Sebastián parecía ayer a primera hora de la mañana un mosaico de colores. Los equipos de remeros, ya fueran masculinos o femeninos, vestidos con sus respectivas equipaciones -en verde los de Kaiku, en marrón la formación de Getaria Tolosa o en azul y blanco las gallegas de Rianxeira-, limpiaban las traineras con las que minutos más tarde disputarían La Bandera de la Concha. Los equipos calentaban y vociferaban gritos de ánimo, mientras los aficionados y curiosos se entremezclaban con los deportistas.

La prueba cuenta este año con una novedad significativa, el Ayuntamiento, encabezado por Juan Karlos Izagirre, ha querido equiparar las pruebas femeninas y masculinas. De ahí que por primera vez las mujeres, al igual que sus compañeros, vayan a disputar dos mangas -la primera fue la que se celebró ayer, la segunda, el próximo domingo-. Los ganadores de cada regata saldrán del cómputo de los tiempos que hayan obtenido en los dos recorridos.

"Así se reconoce nuestro esfuerzo y dedicación", asegura una de las deportistas

Todavía quedan varios aspectos por igualar, como la distancia de la prueba

"Es una forma de que se reconozcan nuestro esfuerzo y nuestra dedicación. Es un punto a favor", señalaba Natalia Díaz, una de las remeras del equipo de Zumaia, que ayer se impuso al resto de competidoras -Getaria Tolosa, Rianxeira y Bizkaia Taldea-. Díaz, natural de Castro Urdiales, lleva dos temporadas compitiendo con el equipo guipuzcoano desde que éste decidiera ficharla. Las remeras entrenan seis días a la semana, combinando ejercicios en el agua con el gimnasio. A lo que hay que sumar los estudios o el trabajo. "Muchas veces piensas en dejarlo, en que no merece la pena. Mucho sacrificio en el caso de las chicas para nada, porque no lo reconocen. Mucha gente sigue viendo esto como un deporte de chicos", añadió Díaz.

Los cambios introducidos suponen para Olatz Ortiz, remera de Getaria Tolosa, la posibilidad de demostrar la valía de cada embarcación. "Así por lo menos no te juegas en una regata La Bandera de la Concha, tenemos más oportunidades de demostrar qué equipos están delante", aclaraba la deportista mientras sus compañeras se concentraban junto a sus entrenadores.

La de este año es la cuarta edición de la Bandera de la Concha femenina, una prueba que el consistorio donostiarra decidió impulsar en 2007 como "un paso más en favor de la igualdad", apuntó entonces el concejal de Cultura, Ramón Etxezarreta. El comienzo de un camino del que todavía queda mucho por andar.

"La distancia que recorremos [1,5 millas náuticas] es justo la mitad que la de los chicos. Quizás sea demasiado corto pero hacer la misma distancia, todavía es demasiado, habría que buscar un punto intermedio", reconocía Ortiz. Y así poco a poco, como se han marcado el Ayuntamiento y las remeras, equiparar por completo las dos pruebas.