Apropiación audiovisual
El Espai Cultural Caja Madrid acoge un ciclo de proyecciones que ofrecen una panorámica de las aplicaciones artísticas de los nuevos medios
"Si hay algo que distingue a los nuevos medios es el usuario. Este participa, interactúa y sobre todo genera contenidos, que alimentan el entorno mediático. Sus acciones siempre introducen un elemento impredecible en la cadena de producción de imágenes". Lo afirma el británico afincado en Barcelona Andy Davies, comisario de La imagen transitada, arte y nuevos medios, un ciclo de siete exposiciones audiovisuales monográficas que tendrá lugar en el Espai Cultural Caja Madrid, del 8 de septiembre al 20 de octubre. "Es un formato nuevo. Las obras de cada artista se proyectan de forma ininterrumpida desde las 10 hasta las 21 horas, durante seis días, en un entorno cómodo y acogedor", explica Davies, que con esta propuesta se introduce en el debate sobre la dificultad de exhibir obras audiovisuales en una sala de exposiciones.
Roy Arden abre un ciclo de artistas que se nutren de Internet
Los siete artistas seleccionados se caracterizan no solo por trabajar con los nuevos medios digitales, sino por incorporar de forma masiva materiales y contenidos generados por los anónimos usuarios de Internet. Michael Robinson lo hace desde el cine experimental; Peggy Ahwesh y Shana Moulton desde el videoarte; Jodi y Petra Cortright desde el net.art; Joan Leandre desde los videojuegos modificados y Roy Arden desde la fotografía, de modo que juntos ofrecen una buena panorámica de las prácticas audiovisuales contemporáneas.
"Los artistas que utilizan estos materiales tienen algo de documentalistas o antropólogos, aunque trabajan con una libertad y unas intenciones alejadas de las ciencias sociales", explica Davies. Da inicio al ciclo la aproximación crítica de Roy Arden, que en The World As Will And Representation se apropia de miles de fotografías capturadas en Internet para crear un recorrido por la historia de la humanidad, que se proyecta a gran velocidad para que el espectador experimente una sensación de frustración al sentirse sobrepasado por el alud de imágenes. "Es una estrategia visual que contrasta sutilmente con la de sus otras obras, mucho más pausadas, aunque igualmente cuestionan la forma de ver y ser vistos en el mundo que nos rodea", indica Davies.
Los cortos de Petra Cortright, protagonizados por ella misma y grabados desde la webcam de su ordenador, parodian los vídeos colgados en You Tube, que la pareja belga-holandesa JODI utiliza para surtir un atípico vídeo-jukebox con múltiples muestras de amor y odio por los dispositivos electrónicos: un portátil que arde en la calle, un rapper casero que alaba su sistema operativo o una chica que amenaza a su iPhone con un hacha. El lado más hortera de la cultura popular -karaoke, animaciones antiguas y culebrones- alimenta las obras alquímicas de Michael Robinson, mientras que los vídeos de Shana Moulton ponen en escena la soledad que se intenta paliar a golpes de consumismo, productos inútiles y cursos de autoayuda.
El catalán Joan Leandre, conocido por sus reelaboraciones artísticas de los videojuegos, que le han proporcionado un lugar en la colección del Pompidou de París y en la Bienal del Whitney, presenta "dos piezas de zen electrónico", según Davies: la inédita Paralax Paradox y Lonely Record Rooms, que documentan anomalías y disfunciones de los videojuegos. Cierra el ciclo una selección de vídeos sobre diversas tecnologías mediáticas de Peggy Ahwesh, que incluyen un collage de fragmentos de película encontrados en un cine abandonado de Beirut y las aventuras de una inepta Lara Croft, acompañada por frases de Pessoa sobre la identidad y la mortalidad.
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