París reúne a las potencias para diseñar la reconstrucción política y económica

El 19 de marzo, el Elíseo acogió la reunión clave que desencadenó el apoyo de la OTAN a los rebeldes libios. Ese día, el presidente Nicolas Sarkozy anunciaba al mundo el inicio de los bombardeos aliados contra las fuerzas de Gadafi. Hoy, con los rebeldes a un paso de hacerse con todo el país, Francia vuelve a acoger una reunión clave que decidirá qué papel desempeña cada uno en la nueva Libia post-Gadafi. El título de la cumbre es Conferencia de Amigos de Libia, y a ella acudirán más de 60 delegaciones. Entre estas se cuentan potencias como China, Rusia, India o Brasil, que en su día no apoyaron -o criticaron abiertamente- el ataque aliado, pero que estarán en París debido a que la cita tratará más de la reconstrucción política y económica de un país con recursos petrolíferos que de los coletazos de una guerra que se da ya casi por terminada.

El objetivo político confesado de la cumbre es unir a la comunidad internacional tras el Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, y evitar que la transición en Libia derrape como la de Irak. En esta cumbre también se harán efectivos los anuncios de desbloqueo de fondos libios almacenados en bancos internacionales, que irán a manos de los representantes del CNT. Estados Unidos ya ha anunciado el desbloqueo de 1.500 millones de dólares (de los 30.000 que duermen en bancos estadounidenses) para que el CNT acometa las primeras labores de reconstrucción. Italia se ha sumado a la medida y ha anunciado que deja partir 500 millones de euros. China ha accedido, bajo presión británica, a desbloquear 1.500 millones de dólares, pero Rusia, por ahora, se opone a la petición francesa y alemana de hacer lo mismo con sus 6.000 millones.

Sarkozy, anfitrión de una conferencia de la que espera sacar rédito político a menos de un año de las elecciones, recordó ayer, en un discurso pronunciado en París ante los embajadores franceses, el papel determinante de Francia en este conflicto.