Los tres misterios de Nole
Djokovic encara el Abierto de Estados Unidos rodeado por las dudas sobre su hombro lesionado, el uso de una máquina revolucionaria y sus entrenamientos en bicicleta y kayak
Los entrenadores españoles lo definen como "un asunto extraño". Al serbio Novak Djokovic, presencia constante en el vestuario, casi no se le ha visto, dicen, por el Abierto de Estados Unidos. Es el primero de los tres misterios de Nole, que debutó anoche con un cómodo triunfo sobre el irlandés Niland: 6-0, 5-1 y abandono por lesión. Están los efectos de su lesión en el hombro derecho, que le obligó a retirarse de la final de Cincinnati hace poco más de una semana. Está esa cámara hiperbárica de 52.000 euros de la que ahora reniega. Y están sus entrenamientos: un día escala montañas en bicicleta, al otro se lanza a un río con su kayak, a veces imita los movimientos de un boxeador en un gimnasio... Todo se lo ordena Gebhard Phil-Gritsch, "el todopoderoso", que le dice, un hombre que hizo número uno mundial a un chico en silla de ruedas.
"Hacemos cosas distintas, poco que ver con las pesas", resalta su preparador
"La diferencia más grande entre el Novak que conocí en 2009 y este se halla en su propio desarrollo personal, que ha reflejado una actitud más profesional hacia al tenis", explica el preparador físico, que llevó al austriaco Thomas Muster hasta el número uno pese a que un atropello en Miami le había dejado en silla de ruedas. "Nole siempre fue un perfeccionista y la combinación de las dos cosas con el trabajo duro es lo que le ha llevado adonde está ahora", prosigue; "trabajamos mucho, trabajamos fuerte, pero sobre todo, por encima de esas cosas, trabajamos muy inteligentemente. Hacemos cosas distintas. Lo que hace Novak no tiene mucho que ver con los ejercicios de levantamiento de pesas tradicionales. Es diferente. Nos gusta entrenarnos en la naturaleza, en el agua, salir a la montaña, en altura. Usamos muchas variaciones. Usamos un concepto que funciona y que no queremos compartir con todo el mundo".
El secretismo que acompaña a Djokovic afecta a los datos exactos de su dieta sin gluten, se amplifica a los cambios en su equipo y le afecta a él mismo, que es el primero que huye de dar detalles con los que explicar una temporada brillantísima (57 victorias y dos derrotas). "Tengo muchas rutinas de entrenamiento distintas", explica; "el calendario del tenis siempre es el mismo año tras año. Por eso, para hacer las cosas más interesantes, siempre intentamos innovar. Como equipo, nos gusta hacer bicicleta, kayak y otras cosas que ayudan a la condición física, la fuerza y la resistencia".
En Nueva York, preocupado por su hombro dañado, Nole hace lo que menos se vende. Hay en sus prácticas mucho calentamiento articular. Mucho estiramiento. Mucho sprint progresivo. Mucha precaución. Calienta el hombro imitando el movimiento del saque con la resistencia de una goma elástica. Su armadura, totalmente sobrepuesta de los problemas de Cincinnati, según él mismo, se ha servido este año de una cámara hiperbárica que le ayuda a recuperar los músculos, simula una situación de altitud para que aumenten los glóbulos rojos de sus sangre y, además, reduce los niveles de ácido láctico, según contó The Wall Street Journal. Él lo niega: "No tiene nada que ver con mi éxito de los últimos 10 meses. Puedo decir que lo usé un par de veces el año pasado y que no he vuelto a hacerlo", contó; "es una tecnología muy interesante, aunque desconozco sus efectos. No la he usado este año y no tengo la intención de cambiar mis rutinas".
Djokovic no necesita cambios. Es el número uno. El favorito al título. Un tenista misterioso, lanzado e intratable.
RESULTADOS (primera ronda): Hombres: J. C. Ferrero-P. Andújar: 1-6, 7-5, 5-7, 6-1 y 6-3. D. Ferrer-I. Andreev (Rus.): 2-6, 6-3, 6-0 y 6-4. R. Federer (Sui.)-S. Giraldo (Col.): 6-4, 6-3 y 6-2.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.