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BUFFETT-BofA

El banco de Nebraska

El respaldo de 5.000 millones de dólares de Donald Buffet es un éxito para Brian Moynihan. El jefe de Bank of America ha estado luchando por mantenerse a flote y encontrar una forma de aumentar la confianza en su entidad y en su liderazgo. Las acciones habían caído un 60% desde su máximo anual en enero. El apoyo del Oráculo de Omaha ayuda enormemente ya que, al principio, hizo que la acción subiera un 20% antes de volver a caer. Pero no acabará con los males de BofA.

La inversión procedente de Nebraska no aborda directamente dos importantes problemas que atemorizan a los accionistas. En primer lugar, el acuerdo no aporta ninguna solución al agujero negro de las hipotecas de Bank of America. La combinación de un sinfín de demandas judiciales imposibles de cuantificar y la perspectiva de más pérdidas debido a una posible caída en la recesión han dado lugar a unos cálculos aproximados aún más elevados de las pegas del banco. Hay quien cree que BofA podría tener un agujero de 200.000 millones de dólares. Buffet no tendrá mucha información interna a ese respecto: Moynihan y él cerraron un acuerdo en menos de 24 horas.

En segundo lugar, Berkshire Hathaway, la empresa de Buffet, está comprando acciones preferentes perpetuas, al igual que hizo con Goldman Sachs y General Electric durante la crisis de 2008. Eso no supone ningún incremento del capital ordinario de Bank of America, que es un indicador mucho más importante de la salud del banco. Vale, el acuerdo también lleva aparejado unas opciones para adquirir 700 millones de acciones a un precio unitario de 7,14 dólares. Pero Buffet no suele darse prisa en ejercerlas.

Eso deja a Bank of America básicamente sin cambios más allá del valioso sello de aprobación de Buffet. El campechano inversor incluso está imponiendo unos términos menos onerosos de los que impuso a Goldman y GE, que pagaron un dividendo del 10% sobre las acciones preferentes; Bank of America solo cedió un 6%. Eso es menos de lo que cotizan sus acciones preferentes en circulación y solo es un poco más caro que la deuda no garantizada, que es más segura. El banco con sede en Charlotte también tiene que pagar una prima del 5% para recomprárselas a Buffet, la mitad del precio que pagó Goldman el año pasado.

Todo ello contribuye a mejorar la opinión de los inversores. Pero si a los accionistas les dan más razones para preocuparse por los problemas subyacentes de Bank of America, esas preocupaciones pueden resultar más duraderas que el visto bueno de Buffet.

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