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Relevo en el gigante informático

Apple afronta con dudas su futuro sin el 'mago' Jobs

Los analistas confían en la capacidad de Cook para mantener de momento el liderazgo de la compañía

Una realidad sin Steve Jobs, sin el maestro de la innovación. Ese es el nuevo escenario que trataba de digerir ayer Wall Street, después de que la figura más relevante en el universo tecnológico admitiera que, por enfermedad, no puede cumplir su función y que delegaba oficialmente en Tim Cook el puesto de consejero delegado de Apple. Y la conclusión es que las cosas irán bien, por ahora, para la segunda compañía mundial por valor en Bolsa.

Jobs llevaba 14 años al frente de Apple, el gigante corporativo que fundó junto a su amigo Steve Wozniak en 1976 buscando una alternativa al coloso IBM. No es la primera vez que suelta los mandos. En 1986, fue forzado a dimitir. Y tras 11 años de exilio, volvió a Cupertino para evitar la bancarrota, en un vuelco que ya está escrito en la historia corporativa.

La creatividad del fundador impregnará aún los próximos productos
Los puntos débiles son el retraso en las redes sociales y su único dispositivo
La caída de las acciones tras el anuncio llegó al 7%, pero ayer se moderó
Cook es valorado por haber podido manejar la empresa bajo presión
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Desde entonces, los títulos de Apple se revalorizaron un 6.760%. Y aunque en el mundo tecnológico se llevara tiempo imaginando esta situación por el delicado estado de salud de Jobs, el anuncio provocó que las acciones del fabricante del iPhone cayeran un 7% durante la noche. Una caída que se moderó ayer, al cerrar con una bajada del 0,65%%, y quedaba 2.200 millones de dólares por debajo de ExxonMobil, la empresa con más valor del mundo (unos 349.000 millones de dólares).

La historia de Jobs define la de la propia Silicon Valley. Y su contribución al mundo de la tecnología de consumo le convierte en uno de los grandes innovadores de los últimos 75 años y un transformador de la industria, hasta el punto de ser considerado como el Thomas Edison del siglo XXI. Ese es su legado, y el reto para Cook, hasta ahora jefe de operaciones.

Como indican desde JP Morgan Chase, un ejecutivo puede tener un impacto relevante en su compañía, "unas veces positivo y otras negativo". En el caso de Jobs, en su segundo mandato en Apple no solo llevó adelante una "impresionante recuperación", sino que además la consolidó como una compañía dominante en la era digital. Y su renuncia, señala Morgan Stanley, zanja el debate sucesorio.

La opinión compartida es que Apple irá bien sin Jobs, al menos durante los próximos años. El impacto, según UBS, será "limitado" porque la influencia creativa del mago Jobs impregnará los próximos productos que salgan al mercado. Además, seguirá como presidente del Consejo de Administración de la firma. Y el gigante de Cupertino cuenta con un colchón de 76.000 millones de efectivo.

Por no dejar de mencionar la cartera de talento amasada durante estos últimos años. Cook toma, por tanto, el mando en la mejor situación posible para la compañía. Pero lo que también es cierto es que Apple se queda sin su poderosa estrella. Y eso plantea la duda sobre cómo reaccionarán los socios y los consumidores.

Jobs puede no ser insustituible, dicen desde Barclays. Aunque señalan que Tim Cook mostró que es capaz de manejar la compañía bajo presión. Además, recuerdan que el hasta ahora jefe de operaciones fue una figura clave al lograr que la fabricación de los dispositivos de Apple tuviera el mayor grado de rentabilidad. Pero, sobre todo, cerró puertas a los competidores.

Pero más allá del impacto emocional que puede crear su ausencia entre los fieles de Apple, la realidad es que el cofundador de la firma de la manzana tiene una influencia sin igual en la industria tecnológica y de medios. Lo lógico, según la opinión mayoritaria en Wall Street, es que Cook dé continuidad a la dirección marcada por el gurú durante los últimos años.

Lo que está por ver es si ante el empuje de rivales tan diversos como Google, Facebook, Amazon o Samsung, será capaz de marcar el rumbo en el negocio de la electrónica de consumo, como hizo con el iPod, el iPhone y el iPad. Y, como matizan desde JP Morgan, "la magia de Jobs es algo que no se puede replicar". Por eso no descartan que puedan surgir algunas grietas en la compañía.

Es decir, la pregunta que rondaba ayer por el parqué es qué pasará más allá de los productos que ya están en la cadena de desarrollo. Ahí es cuando la máquina de innovación de Apple, tan dependiente de la figura de su gestor, empezará realmente a pasar página. Una dependencia que es su principal vulnerabilidad y que explica el desplome inicial de la pasada noche.

Entre los puntos débiles de Apple, de acuerdo con el análisis de JP Morgan, se encuentran los problemas derivados del lento crecimiento. Hasta ahora sus productos se mostraron a prueba de recesión. A esto se le suma que en Cupertino apuestan por un solo dispositivo mientras que Google cimienta su liderazgo en la telefonía celular con la plataforma abierta Android.

A la variedad limitada de dispositivos se le suman los problemas técnicos para dotar el iPhone de la tecnología 4G y los logísticos para lanzar la nueva versión de la tableta iPad. Y para competir con Android, sobretodo tras la compra de Motorola, podría verse forzada a bajar precios y reducir el margen de beneficios. Además, va muy retrasada en la arena de las redes sociales.

Aun así, los inversores confían en las perspectivas para Apple, porque a su juicio va tres años por delante del resto. Los analistas de UBS creen que la estrategia está bien definida y que el equipo de Cook tiene el talento y la motivación necesarios para seguir siendo competitivos. "No solo sobrevivirá, seguirá siendo próspera", concluyen en Solaris.

Steve Jobs (derecha) junto a Tim Cook, en agosto de 2007.
Steve Jobs (derecha) junto a Tim Cook, en agosto de 2007.MONICA M. DAVEY (EFE)
Vídeo: G. RODRÍGUEZ-PINA / L. ALMODOVAR / A. DE LA RUA

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