Aperitivos con solera

El final de las mañanas de Aste Nagusia tiene sabor a fino, manzanilla y champán, viene envuelto por un halo de exclusividad y, sobre todo, reúne a apasionados por los toros. Alejados del desmadre nocturno y, sin duda, parte de la idiosincrasia festiva de la ciudad, los aperitivos que ofrecen los hoteles bilbaínos congregan en torno a unas copas a seguidores de la lidia, famosos actores, personalidades de distintos ámbitos, el que quiere dejarse ver o, simplemente, gente que desea disfrutar de las fiestas.

Francisco Guzmán es uno de ellos. Murciano y fiel amante de los toros, lleva 20 años acudiendo al Hotel Ercilla durante esta semana festiva que ya ha superado su ecuador. En ese establecimiento incluso bromean diciendo que en realidad es él quien da el verdadero txupinazo de la Aste Nagusia. A lo largo de sus dos décadas de viajes, Guzmán se ha topado con decenas de personajes, principalmente relacionados el mundo del capote. "Vienen actores a los que les encanta saludar y sacarse fotos, medios de comunicación que realizan aquí sus programas y gente que quiere verse y que se le vea", explica el director de comunicación del Ercilla, José Luis Martínez Caballero.

El Ercilla, el Carlton o el Indautxu han hecho del aperitivo una tradición festiva

El Meliá se llena a partir de media tarde con un concepto 'chill out'

Pablo Molinares, Ramón García o Los del Río son algunos de los personajes a los que Guzmán ha dado este año la bienvenida con fino y manzanilla, los productos estrella en esta terraza. "Sin duda, es un aperitivo muy tradicional", resalta Caballero.

Similar alma tienen los mediodías en el Hotel Indautxu. Su cercanía a la plaza de toros y sus coloquios taurinos captan la atención de los aficionados a la lidia, que conversan frente a un tablao flamenco en el que a media mañana y por la tarde bailan sevillanas las alumnas de la escuela donostiarra de Carmen Garmendia. "No es, la verdad, un aperitivo muy euskaldun", comenta la directora del departamento de convenciones de este hotel, Cristina Payo.

Turistas extranjeros allí hospedados degustan raciones de jamón bañadas en fino y txakoli, una de las bebidas más solicitadas en este espacio. Productos que también saborean para acompañar los espectáculos privados que ofrece el Indautxu, como una actuación de los Golden Apple Quartet programada para esta misma noche o un concierto de mariachis que se ofrecerá mañana.

Algunos personajes como Ramón García; el alcalde, Iñaki Azkuna o el concejal de Obras y Servicios, José Luis Sabas, no se pierden ningún año el aperitivo del Hotel Carlton. Comparten champán con los tertulianos del Club Cocherito, con ganaderos o con representantes de medios de comunicación. El hotel también ofrece todos los días alguna atracción del Circo Mundial, como por ejemplo la exhibición de osos o monos.

La ubicación del Hotel Meliá, a pocos minutos del centro de Bilbao, motiva que el concepto de aperitivo que ofrece este establecimiento resulte bastante opuesto al de los tres anteriores. El Meliá atrae a personas algo más joven y sus dos terrazas -una en la décima planta desde la que se pueden ver los fuegos artificiales- se llenan a partir de media tarde. Se trata de un concepto chill out, con sofás, dj's en directo y combinados. Un clima más relajado y poco taurino.

"Viene gente de unos 30 o 40 años, personajes anónimos que buscan disfrutar de la calma y el sosiego que les ofrece el Hotel Meliá", resume Manuel Quirós, su director, quien añade que, por el momento, la ocupación en la presente Aste Nagusia está siendo alta.

A partir de la caída de la tarde, el Hotel Meliá se llena de gente que llega tras presenciar alguno de los espectáculos del Palacio Euskalduna o alguno de los conciertos de la Pérgola. Y luego quienes quieren tomar una copa viendo los fuegos artificiales cada noche o disfrutar de un cóctel después de dar un paseo por Abandoibarra.