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Reportaje:Tensión en Oriente Próximo

Efervescencia de milicias en Gaza

Los grupos armados son muy activos en la franja y muy poco en Cisjordania

Hasta 2007, los individuos armados se movían por las calles de Gaza a sus anchas. Fue en junio de ese año cuando Hamás puso punto final al cruento enfrentamiento que libraba contra el partido rival, Al Fatah, desde que el movimiento islamista triunfara en las elecciones de enero de 2006. Fueron prohibidos incluso los disparos al aire, tan habituales en las bodas y otros festejos. Derrotados los cuerpos de seguridad leales a Al Fatah en un par de días, Hamás comenzó a consolidar su poder en la franja, ahora indiscutible. Desde entonces, solo los fusiles de la policía se ven en sus avenidas y campos de refugiados. A partir de enero de 2009, tras la guerra que Israel lanzó contra Gaza, una tregua tácita, salpicada de incidentes aislados, estaba vigente. Esta semana, tras los atentados en Eilat y los bombardeos de la franja, el alto al fuego ha saltado por los aires. Las milicias han entrado de nuevo en acción.

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La más potente son las brigadas Ezedín el Kassam, el brazo armado de Hamás, unos 20.000 hombres aproximadamente. Su fuerza militar es minúscula cuando se compara con la potencia de fuego israelí, como pudo comprobarse en la guerra de Gaza. Pero en los últimos años, abandonados los atentados suicidas, sí han conseguido colocar bajo el punto de mira buena parte del territorio del sur de Israel. En 2005, sus cohetes apenas alcanzaban los 10 kilómetros. Hoy llegan a 60 kilómetros de distancia, hasta ciudades como Ashdod, y más al norte, a 15 o 20 kilómetros de Tel Aviv. Cientos de sus milicianos han entrenado en Líbano, Irán y otros países, tras salir de Gaza por los túneles de Rafah que utilizan para adquirir sus armas.

Las Brigadas Al Quds, de la yihad islámica, son también muy activas en la fabricación y lanzamiento de cohetes. Más radicales que Hamás -la yihad islámica rechazó participar en las elecciones de 2006-, se responsabilizaron de los últimos atentados terroristas ejecutados por suicidas contra civiles israelíes.

Los Comités de Resistencia Popular, un grupo alimentado por desafectos de Al Fatah y Hamás y sin pretensiones políticas, también cuenta con su milicia: las Brigadas An Nasser. Algunos de sus miembros participaron en junio de 2006 en la captura del soldado Gilad Shalit, en una base militar muy cerca de la frontera de Israel con Egipto y Gaza.

También el Frente Popular para la Liberación de Palestina reivindica el lanzamiento de algún proyectil, pero su milicia -se hacen chistes al respecto en Gaza- es poco más que una banda. Y al menos media docena de grupos salafistas, unos cientos de hombres, se suman a este mare magnum que parece historia en Cisjordania, donde las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa (Al Fatah) están casi desmanteladas y las demás milicias, en letargo.

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