_
_
_
_
SAN SEBASTIÁN 2016 | Días de diversión
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Y esas pancartas?

Odón Elorza

La autoridad local competente, por supuesto, tiene guasa, no hay duda. Leí ayer una entrevista suya en la que, ademas de reiterarse en la paralización de los "proyectos trampa" por lo menos durante un año para mejor estudio por parte de sus asambleas populares, expresaba el deseo de que no se politizaran las fiestas.

Me froté los ojos con los dedos porque, a la vez que me extrañaba, me parecía una declaración de intenciones muy positiva. Eso mismo les pedíamos a ellos durante los últimos 20 años. Pero mi gozo en un pozo. ¡Qué pena! Aquí sí que había trampa. Esta mañana he pasado tempranito por la Parte Vieja para ir al curso intensivo de euskera y me he encontrado con buen numero de carteles decorando las paredes de sus calles. Y no es que fueran ilegales, pero sí sectarios y provocadores. Unos son contra el AVE, otros en favor de los presos de ETA, los hay que declaran a Donostia-Bildukistan ciudad independentista, etcétera. Pero lo más divertido ha sido contemplar cómo cuelgan, desde hace días, unas grandes pancartas sobre presos y AVE de la muralla histórica protegida del monte Urgull, justo en su paseo inferior sobre el muelle. Se ven desde La Concha, pero no importa; son como una constatación de que pueden hacer lo que les dé la real gana.

Desde hace días cuelgan grandes pancartas de la muralla del Urgull

Supongo que para quienes han mirado hacia otro lado durante tanto tiempo para no ver lo que estaba pasando, lo de ahora será parte de ese ejercicio de "despiste político" . Y eso por no comentar las variadas manifas que se desarrollan durante la semana festiva. Pero lo más curioso es que esas actitudes se conjugan con la presencia de la bandera española en el mástil superior del edificio consistorial que cada noche protagoniza, por su bella arquitectura, el lanzamiento de las colecciones del concurso internacional de fuegos.

Ayer, por cierto, los de Castellón tuvieron momentos de pura poesía por su perfección en el ritmo, innovación de formas dibujadas en el cielo y colores muy cálidos. ¡En una ocasión, el embobamiento fue tal que me metí el helado de fresas al champagne (seguro que la formula divina es de Arzak) por la nariz! Pero, volviendo a la aceituna, por aquello de que tiene palo y es española, creo intuir los motivos de tal situación de permanencia: el aviso de Pepe Blanco y la lupa de la Justicia. Y, hablando de avisos, no perderse la comparsa de gigantes y cabezudos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_