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Crónica:Días de diversión
Crónica
Texto informativo con interpretación

La fiesta, con un parche en el ojo

El 'Abordaje' se consolida como un puntal de Semana Grande - Unas 500 cuadrillas han participado este año

Indudablemente, había ayer en el puerto de San Sebastián más piratas que curiosos, pero la cifra para ninguno de los dos bandos resultaba nada desdeñable. El coletivo Piratak consiguió que 500 cuadrillas, es decir, otras tantas embarcaciones improvisadas que suponen unas 3.500 personas, se lanzaran al agua en su casi tradicional Abordaje, que este año cumple su novena edición. La concentración tenía una sencilla explicación, al menos para el grupo Kuadri Banki, compuesto por cuatro mujeres en la cuarentena: "Es uno de los pocos actos en Donosti que se puede participar, que está abierto a todos".

Las de Kuadri Banki se presentaron sobre las 11.00 en el muelle donostiarra con una balsa bastante lograda para ser su primera tentativa. Dos colchonetas inflables hacían de base; sobre ella, unos paneles de poliuretano dibujaban la silueta de la calavera y las dos tibias que forman la clásica bandera pirata. Sencilla, pero resultona, minutos más tarde aguardaba en las aguas del puerto hasta que diesen la cinco de la tarde y las cuadrillas se lanzasen al agua.

"Es de los pocos actos abiertos a todos", apunta un grupo de amigas

A lo largo de la mañana, las cuadrillas construyeron y dieron los últimos retoques a sus balsas al ritmo de la música que irradiaba la radio de Piratak, que este año ha contado por primera vez con un espacio propio en el muelle. A mediodía, el número de embarcaciones que los voluntarios del colectivo intentaban colocar en las aguas era considerable.

Alaitz, capitana de las Barrastiloak, un grupo de nueve adolescentes, miraba preocupada cómo su embarcación se alejaba justo en el instante en el que uno de los nadadores la agarraba y llevaba con el resto. La cuadrilla se estrenaba en esto de los abordajes y el padre de Alaitz había echado una mano a las amigas para crear su embarcación con madera, corcho y poliespán. Parecían tranquilas: "No la hemos probado, pero seguro que aguanta, es la mejor"; "cómo no vamos a saber cuál es la nuestra, es la más bonita", afirmaban. Lo cierto es que no se alejaban del puerto y, sobre todo, no quitaban, como hipnotizadas, ojo de la barca.

Una vez superados los principales quebraderos del Abordaje, -que la embarcación flote, no se ladee, no se dé la vuelta, logros conseguidos con la práctica-, los elementos decorativos han ido ganando espacio.

Había balsas con tobogán incluido, con banderas personalizadas y otras ribeteadas con globos de colores. "Mi hija me ha mandado a la mierda. Está allí montando la barca; he ido a verla para sacar una foto y me ha echado", explicaba Luis, de 53 años, mientras inmortalizaba con su cámara las embarcaciones y explicaba a los abuelos de la criatura en que consiste esto del Abordaje. Los abuelos miraban encantados y hasta bromearon: "El año que viene venimos nosotros". Y quién sabe, porque al ritmo con el que han crecido los piratas -el año pasado se presentaron 350 embarcaciones-, la actividad se ha convertido en una de las más destacadas del programa festivo.

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