La tasa de envejecimiento de las Policías Locales se aproxima a la de la Ertzaintza
Dos tercios de los agentes de la plantilla de Bilbao superan los 45 años
El envejecimiento de plantilla que afecta a la Ertzaintza, en la que un tercio de los agentes se encuentran a menos de una década de jubilarse, es un problema que también afecta a las principales Policías Municipales de Euskadi. Bilbao es quizá el paradigma: casi dos terceras partes de sus más de 800 agentes superan los 45 años. Tal edad "no les hace adecuados para la intervención directa en plena calle y produce un efecto pernicioso sobre el servicio a la ciudadanía", según reconoce el Sindicato Vasco de Policía y Emergencias (SVPE), la principal central representantada entre los agentes de la Guardia Urbana bilbaíno.
El problema en la capital vizcaína tiene un origen similar al de la Ertzaintza. Se formó de manera no escalonada, con una gran presencia inicial de agentes que ahora tienen una edad avanzada. Con la creación de la Ertzaintza a comienzos de los años ochenta, el Ayuntamiento de Bilbao decidió paralizar los ingresos en la Guardia Urbana al entender que las nuevas necesidades iban a quedar cubiertas. Sin embargo, las previsiones no se cumplieron y el consistorio debió corregir sobre la marcha, también con ambiciosas promociones que, casi tres décadas después, se acercan a la jubilación.
"Una edad avanzada no es indicada para actuar en la calle", avisa un sindicato
"El error de cálculo y la inveterada costumbre política de pasar el problema al siguiente han provocado esta situación", asegura el portavoz del SVPE, Ignacio Garrido, quien considera "evidente la imposibilidad de sostener el aseguramiento de las funciones policiales en Bilbao en un corto plazo de cinco a diez años".
Sin embargo, entiende que los agentes de avanzada edad acumulan una valiosa experiencia que podrían aprovechar en puestos administrativos o de otra índole, alejados de la intensidad que requiere el servicio en plena calle. Por este motivo, la central elaboró hace ya casi un año un protocolo para el desarrollo de la segunda actividad.
El SVPE trasladó su propuesta en diciembre pasado al concejal de Recursos Humanos, Ricardo Barkala, quien tras dos reuniones ha pospuesto hasta septiembre el estudio de su posible implantación. Se trata de un plan similar al que se va a desarrollar en la Ertzaintza y que recoge como opción un cambio de funciones por razones de salud o edad. "Medio ambiente, urbanismo, tráfico, protección civil... En un Ayuntamiento son muchas las áreas en las que el personal de la Policía puede prestar sus servicios", considera Garrido, quien contempla la segunda actividad como "el mejor de los ajustes posibles de cada cual al puesto que mejor se adapte a sus capacidades".
La situación no resulta muy distinta en las otras cinco grandes Policías Locales de Euskadi: las de Vitoria y San Sebastián, que superan los 300 agentes cada una; la de Barakaldo, que tiene cerca de 150, y las de Getxo e Irún, que rondan el centenar en ambos casos. Entre las capitalinas, la donostiarra es la más veterana, ya que el grueso de sus agentes nacieron en los años sesenta y se aproximan al medio siglo. De las otras tres, la de Getxo presenta el Cuerpo más envejecido, una situación comprometida, dado el incremento de la delincuencia y sus nuevas formas, que los distintos Ayuntamientos tendrán que compensar con nuevas promociones.
Reparto desigual
- Tras las seis principales ciudades vascas, otra media docena de Ayuntamientos cuentan con Policías Locales que superan el medio centenar de agentes. Otros 42 municipios disponen de Guardias Urbanas con menos de 20 miembros, mientras que algo menos de 200 consistorios ni siquiera disponen de cuerpos propios y encomiendan su seguridad a la Ertzaintza.
- Ante la difícil dotación de recursos que dibuja la crisis, el Gobierno autónomo se ha marcado el reto de fomentar la colaboración entre los 8.000 agentes de la Ertzaintza y los 3.000 de las Policías Locales para optimizar la seguridad.
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