Las niñas ricas también roban
Su caso no sirve para las clásicas explicaciones sociológicas que inundan los análisis sobre los disturbios. Una estudiante educada en un instituto selecto, perteneciente a una familia acomodada, acusada de robo en una tienda de electrodomésticos. Algo no cuadra. Laura Johnson, de 19 años, vive en una confortable casa de campo en Orpington (Kent), con un parque y una pista de tenis privados. Educada el Instituto St. Olave, uno de los cuatro mejores del país, siempre había destacado por las notas excelentes. Actualmente estudia literatura inglesa e italiana en la Universidad de Exeter y trabaja también como profesora particular. Es la misma chica que participó en el saqueo de una tienda de electrodomésticos en Charlton, al sur de Londres. La fiscalía le acusa de haber robado, con otros dos chicos de 17 y 19 años, productos electrónicos por un total de 5.000 libras.
La mercancía fue encontrada en un coche conducido por ella. Sus padres estaban en el juzgado para ofrecerle su apoyo. Una pareja acomodada que no encaja en el perfil de familia problemática. El señor Johnson es un exitoso hombre de negocios, con cargos directivos en varias empresas, en una de las cuales trabaja con su mujer.
El tribunal concedió a Laura la libertad bajo fianza con la obligación de llevar un brazalete electrónico y de respetar un toque de queda desde las siete de la tarde hasta las seis de la mañana.
Además, se le ha prohibido temporalmente la entrada a Londres y no podrá contactar con los dos chicos, también acusados, que la acompañaban en el coche. A ambos se les negó la libertad bajo fianza.
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