_
_
_
_
La crisis financiera | El debate político

Berlusconi esboza otro duro ajuste sin pactar con los agentes sociales

Italia aprobará la próxima semana reformas en pensiones, vivienda e impuestos

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha convocado para la semana que viene un Consejo de Ministros que aprobará nuevos recortes y ajustes. Berlusconi, muy presionado, baraja medidas para cumplir con el objetivo de déficit cero en 2013, un año antes del plazo que recogía el plan de austeridad de 79.000 millones de euros aprobado a mediados de julio. Con la intervención del BCE sobre sus títulos de Estado, Italia está, más que nunca, bajo la lupa de la UE y de los mercados.

Por eso, el jefe del Gabinete volvió ayer de su finca en Cerdeña y se sentó con los agentes sociales por segunda vez en una semana. Fue una hora y media alrededor de una mesa muy larga, para centrar una misión casi imposible: pactar los recortes. Pero ministros, sindicatos, patronal y banqueros tienen ideas muy distintas sobre cómo lograr el ajuste. Y no hay tiempo. Así que las propuestas a aprobar ya están en la mesa de Giulio Tremonti, titular de Economía, según filtraba ayer la prensa.

Las segundas residencias y los rendimientos del capital pagarán más
El Tesoro coloca 6.500 millones a un tipo más bajo que en julio

Las medidas tienen calado. El Gobierno se plantea adelantar el proceso que retrasará la edad de jubilación, así como la privatización de empresas municipales de servicios -con excepción de las que gestionan el abastecimiento de agua, que el referéndum de junio quiso mantener completamente públicas-. Se plantea también la venta de parte de las participaciones del Estado en algunas empresas que ya cuentan con capital privado (Enel, por ejemplo). El superpaquete baraja la imposición de un gravamen adicional sobre la segunda vivienda de propiedad y gravaría también a los bienes muebles, ya que prevé un aumento de los impuestos sobre los rendimientos financieros y sobre el patrimonio del contribuyente. Este último punto no acaba de sentarle bien a Berlusconi. "Si se aprueba la tasa sobre el patrimonio, dimito", habría espetado a sus colaboradores más estrechos, según el relato del Corriere della Sera.

El plan de ajuste debería ser transformado en decreto ley por el Consejo de Ministros de la semana que viene. El día programado es el 18, "pero no podemos excluir un adelanto", comentó Berlusconi, que volvió ayer a Roma, abandonando el dulce retiro en la Villa Certosa.

Hay que dar la impresión de actuar de forma rápida. Solo así los especuladores dejarán de apostar por la quiebra de Italia, tercera economía de la Eurozona y segunda deuda soberana (120% del PIB). El tiempo es dinero. La Bolsa de Milán perdió ayer 22.000 millones en valor y cerró con una caída del 6,6%. Al menos, no huyen todos los inversores: el Tesoro colocó 6.500 millones en títulos a un año a un interés del 2,95% frente al 3,67% de la subasta celebrada el 12 de julio.

Pero no hay mucho margen para el optimismo. Agentes sociales y Ejecutivo tienen opiniones distintas sobre cómo afrontar el temporal. Emma Marcegaglia, secretaria de la patronal, se quejó de la falta de información: "No nos detallaron lo que va a contener el decreto del día 18". Por su parte, los sindicatos levantaron un muro contra la reforma del sistema de pensiones. "Decimos que no a toda intervención sobre jubilación, ahorros, sanidad y estado del bienestar" declaró al cierre del encuentro con el Ejecutivo Susanna Camusso, secretaria del sindicato CGIL. "El adelanto del ajuste impone nuevas medidas, es cierto" añadió "pero tienen que ser equilibradas". "Hay que pedir más a quien ha dado menos, tasando los grandes patrimonios, persiguiendo la evasión fiscal y recortando los gastos de la política" concluyó. "La prisa es necesaria. El Plan debe ser rápido y eficaz. Pero también justo", coincidió su homólogo de la Unión Italiana de Trabajadores (UIL).

Los cambios en el sistema de jubilación no encajan ni siquiera dentro de la federalista Liga Norte, que forma parte de la coalición de Gobierno. "Nuestra gente no se toca", tronó Umberto Bossi, que por ser el único socio que le queda a un Berlusconi sitiado por los escándalos, tiene mucho poder de negociación.

En el frenesí de estos días que pusieron a Italia en la diana, las reuniones, las llamadas y los encuentros están siendo continuos. Los informales superan a los oficiales. Entre bambalinas, el mundo de la política y de la economía trabajan y se consultan. Berlusconi, tras ridiculizar las alarmas que llegaban de los mercados hasta hace una semana, parece haber entendido la gravedad de la situación. Y parece haber entendido, sobre todo, que allí se juega su futuro. El empresario y Primer Ministro lucha por su supervivencia. Si se hunde la economía, lo arrastra. Si logra salvarla, se podrá proponer como héroe.

Silvio Berlusconi y Giulio Tremonti, en la reunión de ayer con sindicatos y empresarios.
Silvio Berlusconi y Giulio Tremonti, en la reunión de ayer con sindicatos y empresarios.TONY GENTILE (REUTERS)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_