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Reportaje:

La agonía de la prensa en gallego

El cierre de la mayoría de cabeceras escritas en el idioma propio de Galicia obliga a explorar nuevos soportes - Los directores se quejan de la falta de apoyo

En poco más de un año, la mayor parte de los medios escritos en gallego han desaparecido de los quioscos o se han reformulado. Desde que el digital Vieiros cerró sus puertas el 24 de julio de 2010 después de 15 años en activo, las publicaciones más favorables al uso de la lengua propia de Galicia han ido cayendo como fichas de dominó. El semanario A Nosa Terra no volvió a salir en papel tras las vacaciones de agosto de 2010 y de los 28 empleados de su editora, solo cinco permanecieron en su versión online. Meses después desapareció el periódico comarcal A Peneira y en junio de este año clausuraba su edición impresa el único escrito íntegramente en gallego, Galicia Hoxe. Ahora, el cierre en papel de Xornal de Galicia pone en alerta a los sectores más comprometidos con el idioma, ya que sin contar con los formatos especializados o algunos proyectos locales, solo se mantienen en papel la publicación mensual Tempos Novos y el gratuito De luns a venres.

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La mayoría de estos medios se ha refugiado en Internet y sus responsables coinciden en señalar que han sido víctimas de la misma crisis -la económica y la del periódico de papel como soporte tradicional para la difusión de información- que se ha llevado por delante a centenares de cabeceras en todo el mundo. La caída generalizada de las ventas, en medios que ya contaban con tiradas modestas, y el escaso número de suscriptores ha descontrolado a las empresas, que también sufren los recortes en publicidad y la competencia de la información gratuita en la red. Pero para muchos estos motivos no son los únicos. Caetano Díaz, director de Galicia Hoxe, introdujo en su artículo de despedida una fuerte crítica al Gobierno autónomo por la falta de ayudas, según él, la única garantía para mantener la "pluralidad informativa".

La Secretaría Xeral de Medios de la Xunta dispone de una línea específica de ayudas, regulada por una convocatoria anual, para los medios escritos íntegramente en gallego e incluso asegura que este año la ha aumentado un 40%. Pero, como ocurre con el conjunto de las empresas de comunicación, la mayor parte de sus ingresos procedentes de la Administración llega por otra vías menos reguladas, desde el reparto de la publicidad institucional a los convenios de colaboración que suscriben discrecionalmente las consellerías. Y en ese punto, el cambio del bipartito al PP y las restricciones presupuestarias han mermado los ingresos.

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Lois Rodríguez, expresidente de la Asociación de Medios en Galego, defiende que la prensa en la lengua propia de Galicia es un "sector estratégico" que debe contar con un trato preferente de la Administración. "Al igual que se fomenta la lectura, se debería hacer lo mismo con el consumo de estos medios", opina. Alfonso Eiré, director de A Nosa Terra digital, propone un modelo como el de Madrid, donde las ayudas "son inversas a la tirada". Aunque no valore el papel de las subvenciones "porque nunca las tuvimos", afirma, María Val, directora de Xornal de Galicia, critica los criterios para la adjudicación de publicidad institucional o de los convenios, con cuantías mucho mayores que las ayudas directas y sin ningún control. Para que haya mayor transparencia en el reparto, Luís Álvarez Pousa, director de Tempos Novos, apuesta por ayudas indirectas controladas por el Parlamento.

Si bien el dinero público ha menguado y muchos vinculan ese recorte al desinterés de la Xunta por el gallego, lo cierto es que la respuesta del público tampoco ha contribuido a su supervivencia. Álvarez Pousa lamenta que las mismas "50.000 personas que van a una manifestación en contra de un decreto agresivo con el gallego" no sean capaces de mantener un medio en esta lengua, y considera fundamental el apoyo ciudadano para que el periodismo sea "independiente". El ejemplo del gratuito De luns a venres parece desmentir la idea difundida desde algunos sectores de que no hay público para prensa en gallego. Su director, Alfonso Riveiro, destaca que han logrado aumentar la tirada a 40.000 ejemplares y sobrevivien gracias a la publicidad y al respaldo de un grupo "fuerte", la editora de El Progreso. Pese a que la situación actual no sea propicia "y no pueda cantar victoria", Riveiro aguarda seguir avanzando en el futuro.

No todo son mensajes catastrofistas. Una vez que el proyecto en papel ha resultado inviable, varios de los consultados coinciden en que Internet es la vía. María Val asegura que Xornal ha preferido invertir en una web "más potente" los gastos de impresión y distribución que ocasionaría seguir publicando en papel. La periodista no omite la dificultad de encontrar el modelo de negocio. Álvarez Pousa confía en doblar el número de suscriptores a su revista y Eiré espera que A Nosa Terra vuelva a los quioscos. Por si fuera poco, hay quien está dispuesto a repetir la hazaña de Vieiros y en Internet se fragua el proyecto Sermos Galiza para crear un semanario.

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