Standard & Poor's retira la máxima calificación a la deuda de EE UU
La economía crea más empleo del previsto, pero no logra reducir la tasa de paro
El dato de empleo en EE UU aportó algo de calma a la ansiedad que domina dentro y fuera de Wall Street por el miedo a una recaída en la recesión. En julio se crearon 117.000 empleos netos en la mayor potencia del planeta, mejor de lo previsto en un escenario de depresión en el mercado laboral y mejor de lo registrado en junio. El paro bajó una décima, al 9,1%. Al concluir la jornada, Standard & Poor's hizo realidad lo que venía avisando desde mediados de julio: una rebaja en la calificación de la deuda de EE UU, históricamente la inversión más segura del mundo.
Hay que partir de dos números para dar la dimensión correcta a la situación por la que atraviesa el mercado laboral en EE UU. Por un lado, la población activa, que volvió a bajar hasta los 153,2 millones de personas, lo que explica la leve caída en el desempleo. Por otro, el paro, que lleva 30 meses seguidos por encima del 8%, un nivel que ata de manos al banco central de EE UU, que enfoca toda su política monetaria a animar el mercado laboral.
La Casa Blanca intentó sin éxito evitar la temida rebaja del 'rating'
La recuperación de la primera economía mundial está siendo anémica
Pese a todo, el ritmo de creación de empleo es mejor de lo que se esperaba en el parqué, lo que creó cierto alivio. Pero la recesión sigue siendo una realidad para 13,9 millones de personas sin trabajo, el 44,4% de ellos de larga duración. A estos hay que sumar los 8,4 millones obligados a trabajar a tiempo parcial y los 2,1 millones que ni se molestan en buscar, lo que eleva el subempleo al 16,1%.
El sector privado es el motor de la creación de empleo desde hace año y medio, con 154.000 contratos netos firmados en julio a pesar de que los despidos crecieron un 60%. El mayor incremento se registró en los servicios de salud (31.000 empleos), comercio (26.000) y la industria (24.000). El sector público, en pleno recorte de gasto por el déficit, destruyó 37.000 empleos.
Todo sumado, el dato fue bien recibido por los operadores en Wall Street, lo que hizo que los índices de referencia en el mercado neoyorquino subieran más de un 1% en el inicio de la sesión. Y aunque esté a mitad de camino del potencial de EE UU, es un ritmo de creación de empleo más consistente con una economía que crece con moderación que con otra que se contrae.
"Bueno, pero no fantástico", señaló Goldman Sachs, que considera que el dato anima algo las cosas "a la vista de las pobres expectativas". Pero como apunta IHS Global Insight, no cambia el mensaje general de que la economía está prácticamente estancada. Y se fijan en la media de 72.000 empleos creados en los últimos tres meses, frente a los 215.000 del trimestre anterior.
La Casa Blanca, entre tanto, insiste en que, superado el embrollo político del techo de endeudamiento, ahora está plenamente concentrada en el empleo. El presidente Barack Obama se centró para valorar el dato en los 2,5 millones de empleos creados en el sector público. Pero no mencionó los que destruyen el Gobierno federal, y los regionales y locales.
El entusiasmo inicial, de hecho, se desinfló, porque el temor a una segunda recesión sigue latente y porque la situación de la crisis de la deuda soberana en Europa puede más en la confianza de los inversores. Una espiral de difícil salida. Por eso la atención se dirige ahora a la Reserva Federal, que se reúne el próximo martes, como buscando algún tipo de respuesta.
La mayoría de los economistas sigue confiando en que EE UU evitará una segunda recesión. Pero la recuperación está siendo anémica y la actividad económica no se espera que se expanda en la segunda mitad del año por encima del 2% del producto interior bruto. Para que el mercado laboral se recupere y se reduzca la tasa de paro, debería crecer a un ritmo sostenido del 5%.
Por si no bastara con este panorama económico tan incierto, la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's cumplió su amenaza de rebajar la nota crediticia a EE UU por las enormes dimensiones de su deuda y su déficit público. Considerados históricamente la inversión más segura del mundo, los bonos del Tesoro bajan un peldaño en su calificación, de AAA a AA+. De este modo, la deuda de EE UU pasa a tener peor nota que las de Alemania, Francia o Reino Unido.
La decisión, un duro golpe para el presidente Barak Obama, traerá consigo una subida del coste de los préstamos para las empresas en un momento delicado, justo cuando más certidumbre necesitan para contratar trabajadores. La Administración estadounidense intentó hasta el último momento que Standard & Poor's cambiase su parecer. Todo esfuerzo fue inútil.
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