Música y mística para monumentos

Al pie de la escarpada sierra del Montsant, en Tarragona, se encuentra la primera fundación cartuja de la Península. En el lugar donde un pastor soñó con una escalera que le llevaba hasta el cielo, 12 monjes fundaron en el siglo XIII Santa Maria de Escaladei, que acabó controlando la zona. Tanto, que la comarca acabó llamándose Priorato, por el prior que dirigía a religiosos y laicos.

Ocho siglos después, los restos del monasterio, sometidos a un intenso proceso de rehabilitación (1,9 millones de euros) para devolverles parte de su esplendor, conservan mucho de su misticismo. Quizá por eso el enclave ha sido elegido por la cantante Lídia Pujol para uno de los conciertos de la gira de La cerimònia de la llum, un espectáculo a caballo entre el concierto tradicional y la experiencia mística. El espectáculo une música, piedras y efectos de luz para dar vida a cinco monumentos: Santa Maria de Poblet (Conca de Barberà, 7 de agosto), la cartuja de Escaladei (Priorat, 10 de agosto), el monasterio de Sant Pere de Rodes (Alt Empordà, 12 de agosto), el monasterio de Santes Creus (Alt Camp, 17 de septiembre) y la Seu Vella de Lleida (Segrià, 29 de septiembre), los cuatro últimos gestionados por el Museo de Historia de Cataluña.

"Cada uno de los espectáculos es diferente", dice Pujol, impulsora y directora del proyecto. "En el caso de Escaladei, el público realizará un recorrido que comenzará en la gran avenida de acceso y pasará por los claustros, acompañado de la música de percusión, como si fuera un viaje iniciático que transportara a otra época", explicó Pujol en la presentación del espectáculo. "El monumento no solo es continente, sino parte del espectáculo, por lo que requiere un trabajo individualizado de escenografía e iluminación para enfatizar sus elementos", aseguró.

El montaje se pudo ver en Sant Llorenç de Morunys (Solsonès) en abril de 2010 y en Sant Cristòfol de Súria (Bages) en enero de este año, y congregó a un total de 700 personas.

Sobre el escenario Lídia Pujol interpreta, junto al cantante marroquí Mohamed Bout Ayoub y 12 músicos, canciones de la tradición mediterránea, sobre todo del repertorio musical del Llibre Vermell de Montserrat, obra maestra de la polifonía medieval catalana del siglo XIII y XIV, intercalando canciones del Mediterráneo de la misma época en latín, griego o árabe.

La experiencia servirá, según explicó el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, como prueba piloto para crear una programación estable en los monumentos de la Generalitat durante el verano.

Con estas iniciativas, la Generalitat aspira a revalorizar estos edificios y conseguir aumentar las pobres cifras de visitantes (unos 250.000 en el caso de los cuatro edificios que gestiona el MHC). "Este tipo de producciones tiene un recorrido amplio y mucho futuro", aseguró el consejero. Cultura ha invertido en esta producción 50.000 euros y confía en ampliar la oferta en los próximos años. Esta cantidad es mínima si contamos con que cada espectáculo cuesta más de 30.000 euros. "Carísimo", según Pujol.