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Tercera caja intervenida

La Caja Mediterráneo renegoció 2.110 millones de activos 'tóxicos'

Una gran porción del crecimiento de la Caja Mediterráneo (CAM) en la última década es de la inversión en el sector del ladrillo a través de la financiación de megaproyectos de las grandes empresas españolas, como Martinsa, Nozar, Polaris, Sacresa, Tremón, Hábitat u Onde 2000, la empresa de Francisco Hernando El Pocero. Solo estas promotoras recibieron casi 600 millones de euros de la CAM. Todas, excepto Onde 2000 y Polaris, que al final renegoció su deuda, acabaron presentando concurso de acreedores, lo que implica revisar a la baja la devolución de los créditos.

Estas inversiones fallidas son una parte muy relevante del deterioro de los activos financieros de la caja alicantina. De hecho, el informe de auditoría de 2010 resume en poco más de una frase la realidad de su balance: "Los activos financieros de la cartera de inversiones crediticias que estarían vencidos o que se habrían deteriorado en el ejercicio 2010 si no se hubieran renegociado sus condiciones alcanzan los 2.110 millones de euros". El proceso se aceleró notablemente el año pasado, ya que en 2009 solo tuvo que renegociar 96,7 millones. Tras la novación de las condiciones de los propietarios de esta deuda refinanciados, la CAM incluyó en el epígrafe de pérdidas por deterioro de activos financieros 199 millones.

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La filial inmobiliaria de la CAM ya estaba en quiebra técnica en 2009

Por otro lado, el movimiento de los instrumentos de la cartera de inversiones crediticias en suspenso que fueron dados de baja en el balance de situación de la caja durante 2010 fue de 1.776 millones de euros, 50 millones más que en 2009. La Caja Mediterráneo también reclasificó los dos últimos años casi 1.300 millones de euros que tenía como activos financieros disponibles para la venta, que resituó en su balance como cartera de inversión a vencimientos.

A pesar de todo ello, tuvo que realizar correcciones valorativas negativas en la cartera de crédito a la clientela (de casi 51.000 millones de euros) por un importe de 1.135 millones, realizando un ajuste contra reservas y fondos de reservas de cuota partícipes de 739 millones de euros en 2010. Los auditores no pudieron siquiera precisar el plazo de vencimiento de los instrumentos que componen la cartera de inversiones crediticias deterioradas y vencidas, pero también de la deuda vencida y todavía no deteriorada. Sobre esta última, que suponían a finales de 2010 2.872 millones, el 90% del riesgo estaba localizado en España, pero casi 181 millones eran de otros países de la Unión Europea.

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