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Hallan el cadáver de una mujer a la que presuntamente mató su hijo

La Policía no creyó al sospechoso, que contó que su madre se había caído

Era la hora del desayuno en la cervecería Burgos, en el número 76 de la calle de Mota del Cuervo (Hortaleza). Hacia las nueve de la mañana entra Rafael E. P., de 29 años y vecino del edificio. Pide un güisqui. Se lo bebe y se va. A los 10 minutos vuelve y pide otro, pero el propietario del bar ha visto cómo se tambalea, completamente ebrio, y le dice que no.

-No te voy a servir más.

-¿Cómo que no me sirves? Ponme un güisqui.

-No estás en condiciones de beber más.

-Ponme un güisqui, que se ha matado mi madre. Se ha dado un golpe en la cabeza.

Unas horas más tarde, el propietario del bar contaba la escena mientras servía los menús del día y en las mesas los comensales murmuraban y miraban de reojo a las cámaras de televisión apostadas frente a la puerta. "Le puse el güisqui, claro".

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El presunto parricida estaba ebrio cuando lo detuvieron

La policía detuvo ayer a Rafael a media mañana, después de haber encontrado muerta a su madre, Antonia P. L., de 53 años, tendida en el suelo de su vivienda, en el segundo piso, número 17. Tenía una herida en la cabeza. Rafael contó a los agentes que su madre era alcohólica y que se había caído dos veces durante la noche. Aseguró que se la había encontrado ya sin vida por la mañana. Pero no le creyeron. Estaba muy borracho, según un portavoz policial. A última hora de ayer seguía detenido en la comisaría del distrito de Tetuán.

Fue el padre del presunto parricida y exmarido de la fallecida el que llamó al 091 poco antes de las 7.30 para informar de la muerte. El servicio de emergencias de la Comunidad de Madrid, Summa, envió a un equipo. El médico de emergencias no apreció signos de violencia y dejó el cuerpo tendido. Más tarde, otro médico forense examinó mejor el cadáver. Al levantar la cabeza descubrió la herida en el cuero cabelludo. Los agentes del grupo V de Homicidios trabajan con dos hipótesis: que el detenido discutiera con su madre y la golpeara con un objeto contundente -ayer, a última hora, no se había encontrado, según una portavoz policial- o que durante un forcejeo la empujara o ella se desequilibrara y se golpeara accidentalmente, con lo que se trataría de un homicidio imprudente. Cuando la encontraron estaba vestida con ropa de calle.

"Estaba borracho o drogado, una de dos", aseguraba un vecino del inmueble, Antonio Bermejo, que había visto al presunto parricida mientras dos agentes lo custodiaban en el portal. Varios vecinos lo vieron también gritando y golpeando y dando patadas a una valla que hay justo enfrente de la entrada del edificio, un inmueble en el que viven 360 familias, muchas de alquiler. Ningún vecino conocía más que de vista a la mujer fallecida, que llevaba viviendo en el piso solo unos 10 meses, según confirmó el conserje. Su hijo vivía con ella, aseguró. Los vecinos creen que el hombre no trabajaba ni estudiaba porque estaba siempre por el barrio. Conduce un BMW biplaza descapotable de color negro que ayer a mediodía seguía aparcado frente al edificio. La mujer solía bajar al bar a la hora de comer a pedir unas raciones para llevar, contó el propietario de la cervecería. Era bajita y muy delgada. A nadie le constaba peleas o mala relación entre ella y su hijo. La propietaria del piso contiguo aseguró no haber oído nada la noche anterior.

El presunto parricida tiene antecedentes por malos tratos, aseguró un portavoz policial, aunque no le constaba si por agredir a su madre o a alguna ex pareja.

Portal del edificio de la calle de Mota del Cuervo, en una de cuyas viviendas se halló el cadáver.
Portal del edificio de la calle de Mota del Cuervo, en una de cuyas viviendas se halló el cadáver.JAVIER LUENGO (EFE)

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