"Mis jugadores son muy pejigueras"
El hombre se mueve por el bordillo de las piscinas con la certeza espacial que le dan más de 30 años en las proximidades del medio acuático. De tanto estar pendiente de los detalles tiene los ojos bien abiertos y el cuello en tensión. Como esos pájaros que examinan el terreno desde la altura. Rafael Aguilar (Terrassa, 1961) ha sido jugador, olímpico, y entrenador, antes que seleccionador nacional de waterpolo. Hoy se juega ante Italia el pase a las semifinales del Mundial.
Pregunta. ¿Cómo se construye un waterpolista?
Respuesta. No hay secretos: con muchísimas horas de entreno. Si estás en el máximo nivel no puedes vivir sin hacer dos sesiones diarias durante toda tu carrera. Dos horas por la mañana y una hora y media por la noche de lunes a viernes. La adaptación al agua te lo requiere. El fútbol, el baloncesto, o el hockey, no necesitan esta constancia. A nosotros estar de pie ya nos cuesta.
"Si el reglamento dijera 'no se puede tocar a los pequeños', saldríamos ganando"
"Hay 10 candidatos a medalla, lo que pasa es que Serbia tiene un 90% y Rumanía un 5%"
P. ¿Por qué no se concibe el waterpolo moderno sin el análisis continuo de vídeos?
R. Porque los jugadores se sienten más seguros manejando información del objetivo que tienen en cada segundo. Es información que queda oculta, que con el partido en vivo no la ves pero que cuando la analizas ves que es repetitiva y encuentras los porqués. Los jugadores se asocian.
P. ¿Por ejemplo?
R. En el hombre de más en el Mundial de Roma pusimos en el segundo palo a Iván Pérez para recibir, por el lado contrario al palo corto, de una persona con la que se entiende mucho que es Guillermo Molina. Preparamos en momentos muy puntuales hacer un sincronismo en el que Guillermo le tenía que poner el balón en el aire en un punto determinado para que Iván saltara a por él sin tiempo a nada más que meterla. Los escogí a los dos para esto y fue un desastre durante la preparación. Pero en el Mundial les salió perfecto. Les hice sincronizar una cosa que no veían: un día la pelota pasaba de largo, otro no había mirado, o se la daba al codo, o arriba. Era un momento muy fino. O era ese o ya no podía ser.
P. ¿Siempre hila tan fino?
R. La suerte que tengo es que como son buenos jugadores puedo proponer cosas de esa finura. El mérito no es mío. Es de ellos.
P. Quizá la complejidad añadida que tiene el juego en un medio antinatural como el agua resta capacidad de inventiva.
R. La gente piensa en las grandes cosas y muchas veces las diferencias son muy pequeñas. Son multitud de pequeños detalles lo que hacen esa pequeña cosa que te da un punto.
P. ¿No resulta agobiante para los jugadores manejar tantas variables?
R. Controlamos muchas cosas y otras las olvidamos y al cabo de un tiempo resurgen. Hay cosas que trabajamos en el pasado y salen ahora. Son relaciones humanas. Preparamos jugadas de estrategia para los Juegos de 2008 que no nos salieron y en Roma solo comentándolas salieron a la primera. ¡Tiene guasa! Al final los jugadores españoles se conocen mucho. Saben de sus limitaciones y saben que son buenos si hacen cosas diferentes y excelentes. Ellos mismos se sincronizan en el pequeño detalle. No es que los haya metido yo en esto, es que son muy pejigueras. "¡Tú si me la das aquí no me la des aquí!", "¡no me la des cuando te miro sino cuando no te miro!". A veces rizan el rizo demasiado.
P. ¿Los húngaros o los serbios rizan el rizo?
R. No, son más limpios. Es que el reglamento les va muy bien a los hombres grandes y pesados. Si el reglamento dijera "no se puede tocar a los pequeños", pues saldríamos ganando. Los húngaros y los serbios pueden mover el balón a un metro y medio por encima del agua, por su envergadura, y en esa línea yo no llego.
P. Por eso España necesita armar más las jugadas...
R. Una cosa que distingue mucho a los equipos balcánicos son esos goles que hacen: ¡Fluuuhhh! Sueltan un misil. Nosotros para soltar un misil tenemos que venir de una combinación. Pim, pam, pum y cataclán. Ellos dicen: "Yo mido lo que mido y si tú me vienes a defender levanto el balón aquí y me tienes que atacar aquí".
P. ¿Cuántos metros recorre un jugador por partido?
R. 2.000 y a tope. Y saliendo de debajo del agua, que te están hundiendo. No son 2.000 metros en línea. El único momento de suavidad es cuando vas al centro después del gol.
P. ¿Cuál es el orden de fuerzas en el waterpolo mundial?
R. Hay 10 equipos que pueden hacer medalla, lo que pasa es que Serbia tiene un 90% y Rumanía un 5%. ¿Favoritos? Serbia, Croacia, Montenegro, ahora Italia... Hungría.
P. ¿Cómo imagina el partido con Italia?
R. Muy difícil, contra un equipo correoso que es subcampeón de Europa y campeón de la Liga Mundial. En el último año han vuelto a ser muy competitivos. Además, el partido de cuartos de un gran campeonato es el más difícil. Con un premio que nos motiva: si Serbia le gana a Alemania nos clasificamos para los Juegos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.