Dos valores elementales

En la sociedad actual cada vez se habla más de educar en valores, de pérdida de valores, de valores en general en un contexto de crisis. Si tuviéramos que ponernos de acuerdo en al menos dos valores que además pudieran casi jerarquizarse, en primer lugar pondría "el amor a uno mismo". No en el sentido que muchas personas ególatras, egoístas o egocéntricas lo pueden entender, sino como paradigma contra la depreciación de uno mismo. Desde quererse a uno por encima de cualquier objeto material o espiritual comienza todo. Sin duda el segundo sería, y ahí coincidimos, ateos y religiosos de distintos credos, "no querer para el otro lo que no desees para ti mismo". Sin duda este segundo valor es esencial para la convivencia planetaria de nuestra especie y es incompatible con las guerras, el terrorismo en cualquiera de sus formas, la violencia de género, el desempleo, los desahucios, los robos de niños, etcétera. Dos valores tan elementales y sencillos pueden ser la base de todo nuestro porvenir como civilización, teniendo como técnica fundamental la empatía y como contraindicación el ejercicio del poder absoluto desde posturas intransigentes y dominantes.