El pesimismo gana enteros
Las expectativas de crecimiento incumplidas acentúan el desánimo empresarial
Decía Truman Capote -parafraseando a Teresa de Jesús- que se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas que por las no atendidas. Pero, a veces, ver incumplidas unas expectativas de mejora largamente anheladas puede generar una decepción tan profunda que llegue a condicionar el comportamiento -en este caso empresarial- con vistas al más inmediato futuro.
Eso es lo que les ha sucedido a las empresas españolas en esta primera mitad del año. A finales de 2010, un 35,3% de los empresarios consultados por el Barómetro de Empresas de EL PAÍS creía que la situación con el arranque del nuevo año iba a empeorar, frente a un 20,9% que confiaba en una mejora definitiva. Después de seis meses de difícil coyuntura tanto a nivel europeo como nacional, se han impuesto, e incluso superado, los peores augurios empresariales. El 54,8% de las empresas preguntadas declara que la evolución de la economía española entre enero y junio ha ido a peor, y solo un 7,3% ha percibido los brotes verdes que con tanto empeño nos hacían ver las autoridades. Lo malo es que ese pesimismo parece bien instalado en el ánimo empresarial y se mantiene la tendencia para lo que resta del año. Aunque un 12,3% aún espera que la economía vaya a mejor hasta diciembre, un aplastante 87,7% cree que irá igual (51,6%) o incluso peor (36,1%).
La facturación ha caído para el 39,6%, algo que solo esperaba el 24,4%
Las empresas han dejado de despedir empleados, pero aún no contratan
Tras un año de mejoras, la rentabilidad ha vuelto a caer en 2011
Los datos corroboran solo en parte ese sentimiento empresarial. La facturación ha disminuido para el 39,6% de las empresas, aunque para un nada desdeñable 36,8% ha aumentado. Sin embargo, las expectativas de los empresarios eran muy distintas porque a finales de 2010 un 40,5% de los encuestados confiaba en que su facturación mejorara y solo un 24,4% temía que sus resultados fueran a peor en la primera mitad de 2011. La fuerte distancia entre las expectativas y la realidad viene a explicar el desánimo que cunde entre los empresarios para el resto del año.
De las causas que explican la subida -crecimiento en mercados exteriores- o el descenso de la facturación -disminución del mercado doméstico- se deduce que el negocio ha mejorado básicamente para aquellas empresas más orientadas a la exportación, una tendencia que ya viene manifestándose en los últimos Barómetros. Para el conjunto del año, un 47,3% de las empresas cree que aumentarán sus ventas al exterior, y un 46,6%, que se mantendrán en los actuales niveles, lo que constata el fuerte tirón del sector exterior. No en vano, el impacto de la evolución económica del resto de los países europeos sigue perfilándose como la variable que tendrá un mayor impacto en la economía española, con un 47%, aunque fue mayor aún (54,2%) en la anterior oleada.
Por sectores, el de transportes, comunicaciones y servicios públicos es el que mejores resultados obtiene, con un 62,5% de los panelistas afirmando que su producción / facturación aumentó en el primer semestre, muy por encima del 57,7% registrado en la edición anterior y quince puntos por encima de lo esperado. En segundo lugar se mantiene agricultura, ganadería, minería y pesca, con un porcentaje de empresas que han mejorado su facturación (55,6%) mayor que el obtenido en la anterior edición (50%), y también por encima de las previsiones para este periodo (40%). El sector fabricantes pasa del cuarto al tercer lugar, con un 39,7% de respuestas afirmativas a un aumento de la facturación, aunque es inferior al 49,1% pronosticado para este periodo. En el último lugar nos encontramos con construcción y contratas, con apenas un 5,6% de las empresas afirmando un aumento en la facturación, por debajo de los datos alcanzados en la anterior edición (20%) y muy por debajo de lo esperado (26,7%).
Para la segunda mitad del año, las previsiones mejoran ligeramente sobre la tendencia actual, en línea con la recuperación de la demanda interna que suele registrarse en la segunda mitad de cada ejercicio. Se espera que en tres sectores -dos en esta edición- haya más de un 50% de empresas que registren un aumento de la facturación.
La decepción empresarial también se refleja en la evolución de la inversión y la rentabilidad. Si en la anterior edición del Barómetro de Empresas estas variables mostraban un comportamiento positivo y unas perspectivas favorables, durante el primer semestre del año los incrementos de la inversión y la rentabilidad se han reducido significativamente y se prevé que se mantengan sin cambios hasta finales del ejercicio. La inversión se ha incrementado en un 41% de las empresas, mientras que en el segundo semestre de 2010 ya había un 53,5% de compañías aumentando sus planes de inversión. Una vez más, la realidad ha quedado lejos de las expectativas, pues esperaban incrementos en la formación bruta de capital el 59,3% de los empresarios. Es más, un 30,1% de los panelistas ha disminuido sus inversiones y solo esperaba hacerlo el 23,3% de los encuestados.
En cuanto a la rentabilidad, el beneficio antes de impuestos (BAI) también empeora respecto a los resultados obtenidos a finales de 2010. Después de dos semestres consecutivos en que el BAI mejoraba para más del 50% de los encuestados, la rentabilidad ha vuelto a perder esa cota, que se reduce hasta el 46,1% de las empresas, frente al 55,6% del segundo semestre de 2010 y el 59% esperado. No solo eso, sino que los beneficios han disminuido para el 38,8%, frente al 36,7% de la pasada edición y muy por encima del 29,7% esperado. Las previsiones de rentabilidad para el segundo semestre de 2011 mantienen la misma tónica de estancamiento. Un 47,5% espera un aumento de la rentabilidad, un 28,3% prevé disminuir el BAI y un 24,2% espera que se mantenga el mismo nivel de rentabilidad que en el segundo semestre de 2010.
Los mejores resultados del Barómetro de Empresas están relacionados con el empleo. En el primer semestre se ha reducido el porcentaje de empresas que han recortado su número de empleados: un 37,9% frente a un 43,4% de finales del año pasado. Si bien se ha comportado mejor en este periodo en cuanto a la disminución del número de empleados, también han sido menos las empresas que han generado empleo entre enero y junio pasados: el 24,4% creó puestos de trabajo entre julio y diciembre de 2010, frente al 18,7% que lo hizo en la primera mitad de este año. De hecho, la mayoría de las empresas (43,4%) no han experimentado cambios en el número de empleados. Sí aumenta (del 52% al 54,4%) el número de empresas que declaran que más del 90% de sus empleados tiene un contrato fijo, aunque al analizar los diferentes tipos de contrato se observa una reducción en las diferencias entre los porcentajes de trabajadores con contratos fijos y no fijos.
La valoración de los panelistas sobre su área de negocio muestra una evolución más favorable que la de la economía en general, aunque bastante menos positiva que las previsiones realizadas el pasado año para este periodo y que no se han materializado. A finales de 2010, el 32,5% esperaba que su sector de actividad tuviera una evolución negativa y ha sido así para el 50,7%. Ha alcanzado valoraciones positivas el 9,6%, frente al 17% que lo esperaba.
El sector de mayoristas, con un 17,6%, encabeza el de los negocios que mejoran en los últimos seis meses, seguido por servicios, con un 13,6%. El menos optimista es construcciones y contratas, sin ninguna respuesta afirmativa.
Cuando las preguntas de futuro se refieren al propio negocio, parece que la esperanza se recupera, pues el porcentaje de empresas que esperan que la evolución del área de negocio mejore es del 14,6%, superior al 9,6% de este semestre, mientras que el total de empresas que esperan un empeoramiento de la evolución del área de negocios cede hasta el 35,2% desde el 50,7% registrado. Los sectores que esperan mayores mejoras son agricultura, ganadería, minería y pesca (44,4%), detallistas (25%) y mayoristas (23,5%). El pesimismo cunde, una vez más, en el sector de construcciones y contratas, donde nadie espera mejoras, y un 52,6% espera que la situación empeore aún más.
En cuanto a la evolución prevista para 2011 de las empresas para determinados indicadores macroeconómicos, los ingresos por turismo continúa siendo el mejor valorado (95,7%, frente al 74,1% anterior).
La acción social sortea la crisis
En momentos de crisis, las aportaciones de las empresas a proyectos relacionados con la acción social, el patrocinio y el mecenazgo se miran con especial atención y cuidado. Sin embargo, la crisis económica ha supuesto una reducción de la inversión en estas áreas solo para el 44% de las empresas preguntadas, que en su mayoría han mantenido los proyectos que tenían previstos. Más aún, un 79,9% declara que piensa mantener sus inversiones en 2012 e, incluso, un 6,7% confía en poder aumentar sus aportaciones.
Los proyectos relacionados con la responsabilidad social corporativa (50,3%), la cultura (46,8%) y el medio ambiente (45,1%) copan el grueso de los proyectos financiados por las empresas. En la cola de las categorías se sitúan la educación, los proyectos asistenciales y comunitarios, y por último, los relacionados con la religión.
Las grandes empresas, que son por lo general las que pueden invertir más de un millón de euros en estas actividades, distribuyen el grueso de sus ayudas a través de sus propias fundaciones, mientras que las empresas de mayor tamaño lo hacen principalmente a través del patrocinio o el mecenazgo.
Las instituciones con mayor interés para los panelistas son las universidades y las escuelas de negocios. Les siguen las organizaciones no gubernamentales y los grupos de apoyo a determinadas enfermedades. Las instituciones menos interesantes para los panelistas son las organizaciones religiosas y los teatros.
Los aspectos más valorados por los panelistas a la hora de vincularse con una institución o proyecto son fortalecer la imagen de marca de la empresa, que el proyecto esté vinculado a su política de responsabilidad social corporativa y que le permita compartir valores y la afinidad temática con la institución. Los menos valorados son la invitación a eventos y los beneficios fiscales. -
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