El plan de ayuda pública a Grecia suma 182.000 millones hasta 2014
Irlanda y Portugal reducirán el coste de su deuda por la rebaja de intereses
El acuerdo alcanzado el pasado jueves por los jefes de Estado o de Gobierno de la zona euro exigirá la elaboración de un nuevo programa para Grecia que implicará un plan de ayudas públicas de 182.000 millones hasta finales de 2014. Esta es la cuantía de ayudas públicas que recibirá Grecia en los próximos tres años y medio. El sector privado contribuirá con otros 50.000 millones mediante operaciones de recompra y canje de bonos griegos por otros de menos interés y mayor plazo.
Una fuente comunitaria expresó su satisfacción "porque los mercados están respondiendo bien", aunque advirtió de que "no esperaba que las primas de riesgo desaparecieran de repente". La misma fuente indicó que "nadie debería sorprenderse si vemos turbulencias en los próximos días, pero las primeras señales son que los mercados consideran el acuerdo como un paso importante".
Bruselas advierte de que aún no ha pasado el riesgo de turbulencias
Sin acuerdo, la deuda griega hubiera llegado al 172% del PIB en 2012
La rebaja del tipo de interés de los préstamos y el alargamiento de los plazos de devolución se aplicarán también a Irlanda y Portugal que fueron también rescatados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional con programas de ayudas de 85.000 y 78.000 millones. Las medidas acordadas el pasado jueves suponen un importante alivio para los tres países rescatados y también para España e Italia, que ayer se alejaron de manera considerable de la zona de peligro del mercado de deuda.
Las autoridades irlandesas cifraron en unos 700 millones el impacto de la reducción de los costes de la financiación de la deuda por la rebaja de los intereses en casi dos puntos, hasta el 3,5%. Brendan Howlin, secretario de Estado de Gasto Público del Gobierno irlandés, calificó de "verdaderamente positivo" el acuerdo, porque "nos permitirá volver más pronto al mercado de obligaciones".
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, advirtió, sin embargo, que "aún queda mucho trabajo por hacer en toda Europa para poder decir que estamos firmemente fuera de las aguas agitadas". Rehn precisó que en el caso de Grecia, la rebaja de los tipos de interés y el alargamiento de los plazos desde los 7,5 años actuales hasta un mínimo de 15 y un máximo de 30 "ayudarán a mejorar sustancialmente la sostenibilidad de la deuda griega".
El objetivo de este impresionante volumen de ayudas públicas permitirá reducir la deuda griega en unos 26.000 millones de euros, un 12% del PIB, según fuentes comunitarias. La contribución del sector privado permitirá una reducción similar. La realidad es que el peso de la deuda que soporta Grecia actualmente, de unos 350.000 millones, un 150% del PIB, es insostenible desde cualquier punto de vista. De mantenerse las condiciones actuales, la deuda crecería hasta alcanzar el 172% el año próximo y no descendería hasta el 130% en 2020.
Los 182.000 millones que recibirá Grecia en los próximos tres años y medio proceden de tres fuentes: unos 109.000 millones de nueva financiación fueron acordados por los líderes europeos el pasado jueves; otros 45.000 millones corresponden a la parte pendiente de desembolsar de los préstamos bilaterales (por un total de 110.00 millones) concedidos en el primer rescate en mayo de 2010 y 28.000 millones del programa de privatizaciones de Grecia. Fuentes comunitarias advirtieron ayer que "si el resultado de las privatizaciones fuera cero, por ejemplo, entonces a los 109.000 millones de nueva financiación habría que añadir 28.000 millones".
Los 109.000 millones de nueva financiación procederán de préstamos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), y aportaciones del FMI, en una cuantía todavía por determinar. Unos 20.000 millones se destinarán a recapitalizar los bancos griegos y otros 20.000 millones a operaciones de recompra de deuda. Las operaciones de contribución del sector privado estarán garantizadas por una partida de 35.000 millones.
La otra cara es el impacto de estas ayudas en las Haciendas de los países que las ofrecen. El primer ministro francés, François Fillon, anunció ayer que "vamos a participar a través de garantías". Según sus cálculos "representa un aumento de 15.000 millones de nuestra deuda hasta 2014". Precisó que suponía una amenaza para el cumplimiento de los objetivos de deuda, prevista en el 86,9% para 2012. Fillon precisó que "no se permitirá el default (suspensión de pagos) de ningún país de la eurozona gracias a la plena solidaridad del bloque".
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