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Crítica:POP | Lloyd Cole
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Austeras canciones perfectas

En esta nueva etapa como artista autosuficiente, a Lloyd Cole le gusta contar que escoge personalmente hasta los hoteles: hay que cuadrar las cuentas si pretende que su arte musical sea lo bastante rentable (ojalá) como para seguir ejercitándolo. Omite que en la partida donde más ajusta los gastos es en la de los músicos. Su concepto actual de Small Ensemble comprende solo dos acompañantes que, además, en casi todo momento empuñan guitarras acústicas. Y ese formato de tres guitarras entrelazadas permite bellos adornos arpegiados y alguna floritura, pero no una gran gama cromática. Lloyd lo confía todo, pues, a la acreditada excelencia de su repertorio. Perfectas canciones pop en una formulación particularmente austera.

El nuevo auditorio de Conde Duque, recoleto y de sonido acogedor, servía como marco atractivo para concentrarse en este cancionero sin indeseables interferencias, digamos, cerveceras.

No era noche de aplauso fácil, sino de recogimiento interior. Y de confidencias: el de Buxton admitió su desasosiego tras estropear una guitarra en la prueba de sonido, se entonó con un oportuno whisky en el intermedio, bromeó sobre la conveniencia de contratar a un chaval para que les ahorrase la afinación ("lo malo es que tendríamos que llevarle a cenar") y no cejó hasta conseguir que le apagasen el aire acondicionado ("es lo único en lo que me comporto como una diva"). Era un ambiente íntimo, poco propicio para las efusividades. Los 250 espectadores mantuvieron un silencio reverencial incluso con la emblemática Are you ready to be heartbroken?, apenas coreada en forma de murmullo.

La propuesta es tan escueta que los dos aliados de Cole solo alternan sus guitarras fugazmente con un banjo y una mandolina, y ni siquiera disponen de micrófono para aportar alguna segunda voz. Pero su jefe se esmera en demostrar que puede mantener la atención gracias a un catálogo amplio y no pocas veces sensacional. El hombre del flequillo plateado rescató temas de hasta diez álbumes y subrayó que no está protagonizando ningún regreso, como otras glorias. "Nunca me he ido, solo que a veces me han ignorado". Sería poco inteligente hacerlo. Piezas poco trilladas como Trigger happy, Impossible girl, o Why in the world? (esta última de su reciente Broken record) constituyen un ramillete de canciones luminosas, instantáneas y, veintitantos años después de Rattlesnakes, impecables. Como su voz: frágil y cercana, cálida y distintiva desde la primera sílaba.

Lloyd Cole en Madrid
Lloyd Cole en MadridCARLOS ROSILLO
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