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Banca Cívica cotizará a 2,7 euros por acción, con un 60% de rebaja sobre valor contable

Íñigo de Barrón

Bankia superó el lunes la prueba y ayer le tocó el turno a Banca Cívica, que consiguió suficientes órdenes de compra para salir a Bolsa. Sin embargo, tuvo que fijar el precio en la banda más baja de su horquilla, 2,70 euros por acción. El banco fruto de la unión de Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y Cajacanarias ha aplicado un descuento del 60% sobre su valor contable, el mismo que Bankia. La diferencia es que esta tuvo que maniobrar a última hora, con una rebaja del 15%, mientras que Banca Cívica había situado el bajo precio desde el principio.

La andaluza-navarra captará alrededor de 700 millones de los inversores, a los que les colocará el 47,5% del capital del banco. Cívica ha tenido a su favor que Bankia ha roto el hielo de las salidas a Bolsa, además en circunstancias muy difíciles. También se ha beneficiado de que ayer los mercados se movieron en el terreno positivo. La entidad cerró pronto el tramo minorista, gracias al trabajo de sus oficinas. La inversión para particulares y empleados mínima era de 2.500 euros y máxima de 250.000. Tuvo dificultades para completar el tramo institucional, sobre todo extranjero, al que ha destinado la mitad de la emisión. El grupo venderá un máximo de 248 millones de acciones.

Los empleados de Bankia, que sale hoy a Bolsa, han invertido 53 millones

La entidad que copresiden Enrique Goñi y Antonio Pulido reforzará su capital con la salida al parqué y cumplirá con la exigencia del Gobierno. La diferencia entre Bankia y Cívica es que esta no ha separado los activos inmobiliarios en banco bueno y malo. La obra social será la que más se resienta por esta rebaja, ya que se nutrirá de los dividendos del 51,5% del capital que está en poder de las cajas que forman el grupo. Hasta ahora, era una parte del 100% del beneficio obtenido.

La demanda ha superado en 1,3 veces el tramo institucional, en 2,3 veces el tramo minorista y en 2,7 veces el tramo de empleados. Finalmente, el porcentaje de acciones ofrecido al tramo minorista ha representado el 58% del volumen de la oferta, mientras que el destinado a los inversores cualificados ha sido del 40% y el 2% a los empleados.

Por otro lado, Bankia hizo público ayer la información sobre el prorrateo en el tramo minorista. Los "empleados y administradores" de la entidad han comprado 14,13 millones de acciones, es decir, han invertido 53 millones de euros en títulos de Bankia.

El Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y el de su matriz, Bankia, se reunieron ayer por la mañana por separado para dar el visto bueno definitivo a la salida a Bolsa. El alivio (y en menor medida la euforia) fue general entre los consejeros por haber conseguido sacar adelante el proyecto pese a tener todo en contra: ataques a la deuda y una Bolsa bajista, que sobre todo ha castigado a los valores financieros.

Bankia obtendrá 3.400 millones de capital de los mercados y cumplirá con el real decreto del Gobierno que le exigía elevar el capital por encima del 8%. La exigencia mínima era incrementar los recursos propios en 1.785 millones, así que han pasado la prueba con holgura. También ha incrementado el capital muy por encima del mínimo, el 8%, ya que tendrá un ratio del 9,5% de capital de máxima categoría. Otro motivo de satisfacción ha sido que no ha tenido que vender mas del 50% del capital, aunque ha esta muy cerca al desprenderse del 49,9%.

Salvar estos escollos ha exigido el pago de una fuerte factura: rebajar el precio mínimo un 15%, hasta colocar la acción en 3,75 euros. Este precio supone un descuento del 60% sobre el valor contable de Bankia, es decir, sobre sus recursos propios. No obstante, tampoco faltaron los consejeros que recordaron que tras el primer obstáculo, ahora llega el segundo, que no será más sencillo: no decepcionar a los muchísimos clientes y empleados que han comprado acciones.

El bajo precio de salida pretende evitar descalabros en la cotización de hoy pero, la crisis griega ha provocado aversión al riesgo en el sector financiero, que pagará los platos rotos de los problemas del euro.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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