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Reportaje:

El 15-M en el museo

Unas jornadas en el CCCB dibujan los cambios de paradigmas culturales que podrían salir del movimiento

Acto en el CCCB sobre el 15-M. Dos sesiones. La primera, una mesa redonda en la que participan a) Nicolás Sguiglia y b) Guillermo Zapata. Donde a) es sociólogo y miembro de la Casa Invisible -espacio cultural en su sentido más amplio; el 15-M es un cambio de paradigma cultural, una nueva recepción de la cultura, pero también de los derechos individuales, de la política y la economía- y b) es guionista y miembro del Patio Maravillas -tipo Casa Invisible, pero en Madrid.

A) y b) son voces con autoridad, pero no autorizadas. Es decir, son parte del objeto horizontal y sin centro en el que parece haber una unidad mínima. El grupo. El 15-M es la unión invisible y certera de miles de grupos hablando del 15-M. O millones, si uno piensa que una cena de matrimonios, unos fumando a las puertas de su trabajo, periodistas comiendo y hablando de cómo se ha volatilizado el Estado de bienestar, son también el pack 15-M. El pack es tan amplio que puede integrar también a algún cuadro del Estado que informa al 15-M sobre cómo se está realizando la liquidación del Estado de bienestar -nota: es posible que se esté realizando a través de negocios individuales; lo que indica que el paso de un "Gobierno de los mejores" a un Gobierno de los Millets puede producirse más rápido que en otras ediciones. Bueno. A) opta por un lenguaje especializado. Traza un discurso aparentemente marxista en el que, curiosamente, jamás aparece el palabro Estado. Raudo van apareciendo palabras clave. Como horizontalidad. O la alocución los comunes -commons en inglés, el comú en catalán-, palabra importante en la nueva izquierda europea para intelectualizar la desaparición institucional de lo común, y para dibujar futuribles. Habla de multitud, palabra que viene de Italia. Sguiglia aporta otras palabras nuevas, creadas en compañía de su grupo para dibujar la realidad, como un atractivo "militancia de la retaguardia", lo contrario de "militancia de vanguardia". Un buen dibujo del 15-M, algo sin profesionales, sin líderes, sin vanguardia.

Ir del "Govern dels millors" al "Govern dels Millets" puede ser ahora más rápido
Es otra casilla, no una regeneración democrática: es una democracia 02

Zapata utiliza un lenguaje común, de hablar del 15-M con tu mamá. Opina que el 15-M es algo real e irreversible y sitúa el momento de irreversibilidad de la cosa. Cuando la acampada del Sol pasó, en una noche, de ser un cámping a ser una ciudad. Cuando se construyó un espacio. "Cuando se da un espacio de posibilidad, no se desata la indignación, sino la potencia". Dibuja la potencia del 15-M: "una capacidad que interrumpe el flujo del poder". Plantea el nacimiento de lo nuevo cuando se interrumpe lo viejo con una imagen informática: cuando se produce la potencia, "la gente no protesta contra Microsoft, sino que construye Linux". Con la potencia, el 15-M dejó de ser un movimiento reivindicativo para pasar a, epistemológicamente, fabricar Linux. Más dibujos 15-M: el movimiento no es un movimiento de regeneración democrática, es una democracia 02. Es otra casilla, otra lectura de la economía y la política, que rescata esos dos conceptos de la banca y la política ad hoc. Para que impregne a toda la sociedad, el 15-M "necesita infraestructuras y derechos". Que se consiguen por Linux System. Construyéndolos.

Finaliza la mesa redonda. El público participa. Es decir, habla de la realidad y, con ello, se constituye en otro grupo 15-M. Después, da inicio el segundo acto, una miniconferencia de Raúl Minchinela. Hasta 15 minutos de discurso brillante sobre la identidad del 15-M a través de sus pancartas, con asociaciones de ideas nuevas. Minchinela / Repronto es uno de esos jóvenes que reinan en Internet, y que podrían describirnos el siglo XXI en los medios convencionales si, hace 30 años, nuestra cultura no hubiera optado por evitar el relevo generacional y la descripción de los cambios. Que ahora vienen, tal vez, a lo bestia.

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