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Piñera pierde la popularidad ganada con el rescate de los 33 mineros

El presidente chileno afronta una ola de protestas de estudiantes y trabajadores

El Gobierno conservador del presidente chileno, Sebastián Piñera, ha gastado todo el crédito de popularidad que consiguió en 2010 con el rescate de los 33 mineros atrapados a 600 metros de profundidad en la mina San José y se hunde en las encuestas. Solo un 31% de los encuestados aprueba la gestión de Piñera, el porcentaje más bajo de apoyo que ha recibido un gobernante desde que Chile recuperó la democracia, en 1990. Las protestas de estudiantes, ecologistas y trabajadores han erosionado su apoyo.

Tras el rescate de los mineros, solo el 26% rechazaba al Gobierno. La cifra ha subido ahora hasta el 60%, según sondeos de la empresa Adimark, una de las más influyentes del país. El 62% reconoce que Piñera es "activo y enérgico", pero solo el 37% cree que es "querido". El único consuelo para el Gobierno de La Moneda es que la oposición tampoco sale bien parada. El 68% de los ciudadanos desaprueba a la Concertación, la coalición de partidos de centro-izquierda.

La reconstrucción de las zonas dañadas por el terremoto es muy lenta

Las previsiones económicas dicen que la economía chilena crecerá por encima del 6% este año, pero la coalición gobernante se queja de que La Moneda no comunica bien sus logros. Unos critican a Piñera por no desarrollar las políticas propias de la derecha y limitarse a administrar lo que hizo la Concertación. Otros, los más cercanos al presidente, aseguran que fue elegido justamente gracias a los votantes de centro.

"Muchas veces nos acostamos en la noche golpeados y aporreados porque gobernar un país no es fácil", ha reconocido Piñera. Los niveles de delincuencia siguen siendo similares y la reconstrucción tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 ha sido lenta. Miles de personas que perdieron sus viviendas pasarán este año un segundo invierno en las casas de emergencia hechas de madera que el Gobierno construyó. La corrupción, el transporte, la salud, la educación y el medio ambiente están entre las áreas peor evaluadas en los sondeos.

Pero los principales problemas han llegado con las movilizaciones, las mayores desde 1990. Primero fueron los ecologistas, contrarios a la aprobación del proyecto de construir cinco presas en la Patagonia. Siguieron los estudiantes de secundaria y los universitarios, que con el apoyo de los profesores marcharon contra un sistema educativo que ha consolidado las desigualdades. El lunes, los trabajadores de la estatal Codelco, la mayor productora de cobre del mundo, la paralizaron 24 horas para rechazar la privatización de la empresa.

Con el Gobierno de derecha, los chilenos han recobrado su capacidad de movilización, adormecida mientras gobernaba el centro-izquierda. Su vigor surge de las organizaciones sociales y no de los partidos, un fenómeno similar al que se levantó contra la dictadura.

Además de las manifestaciones, los estudiantes han utilizado nuevas formas de protesta pacífica que les han granjeado simpatías en la población. Algunos grupos de universitarios corren sin pausa alrededor del palacio de La Moneda, otros han impartido clases en las calles y varios miles han interpretado un "suicidio" masivo en el paseo Ahumada para dar cuenta del estado en que se hallan las familias, que deben pedir préstamos para pagar la educación de sus hijos.

Trabajadores de Codelco, la empresa estatal del cobre, se enfrentan el lunes a la policía en Santiago.
Trabajadores de Codelco, la empresa estatal del cobre, se enfrentan el lunes a la policía en Santiago.ARIEL MARINKOVIC (EFE)

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