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Pekín maniobra para proteger sus intereses

China, potencia más influyente en la región, respalda a Bashir y corteja al Sur

El pasado 28 de junio, 11 días antes de la prevista escisión de Sudán, el presidente del país africano, Omar al Bashir, aterrizó en Pekín para rendir una visita estratégica a su principal valedor. Bashir tenía muy claro por qué desafiaba la orden de detención internacional que pende sobre su cabeza para viajar a China en un momento tan delicado. Como también tenía muy claro el gran interés de Pekín en recibirle. China es el principal socio comercial de Sudán, le compra dos tercios de su producción petrolera y es su mayor suministrador de armas. El mandatario africano fue recibido con alfombra roja, y oyó lo que esperaba oír. El presidente chino, Hu Jintao, le dijo que seguirá contando con el respaldo económico, político y financiero de Pekín.

Bashir calificó a Hu de "amigo y hermano" y le explicó que esperaba mantener la estabilidad cuando el país africano ya no sea uno sino dos. China quiere asegurarse de que la partición de Sudán no desembocará en choques armados que interrumpan los suministros de petróleo y afecten sus intereses e inversiones a ambos lados de la nueva frontera. Con este objetivo, ha estado impulsando una transición suave. Y aunque mantiene estrechas relaciones con Jartum, el pragmatismo es ley en los pasillos del poder en Pekín, y ha estado cortejando también al sur, donde, tras la separación, se quedará alrededor del 75% de la producción de petróleo de Sudán, que asciende a unos 500.000 barriles diarios.

Sudán es la sexta mayor fuente de importación de petróleo para China: 12,6 millones de toneladas el año pasado, frente a los 44,6 millones de toneladas de su principal suministrador, Arabia Saudí. El comercio bilateral ascendió a 8.600 millones de dólares, un 35,1% más que en 2009.

Bashir agradeció el apoyo ante la orden de captura dictada por la Corte Penal Internacional (CPI) contra él por genocidio. Pekín se negó a detener al presidente africano. Los estatutos de la CPI dictan que cualquier país miembro debe arrestarle en caso de visita. Pero China no es signatario del estatuto del tribunal.

Durante la visita, ambos Gobiernos firmaron un pacto de cooperación económica, un proyecto para construir un puente en el este del país, y créditos preferenciales. La petrolera China National Petroleum prometió incrementar la cooperación, con objeto de potenciar la producción de crudo en el norte.

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