El Puerto y la Zona Franca se enfrentan por un paso ferroviario

Dentro de un año entrará en funcionamiento la terminal de contenedores de Hutchinson, en el Moll Prat del Puerto de Barcelona. Esta infraestructura se quedará desfasada si el Ministerio de Fomento no adjudica los prometidos accesos ferroviarios y viales que permitirán la salida de las mercancías y que continúan sin fecha determinada. La Autoridad Portuaria (APB) propuso la semana pasada un trazado provisional, pero se encontró con la oposición de la Zona Franca. La razón: las vías, que irían por la calle 4, dividen en dos el polígono y colapsarían la movilidad en la zona.

El proyecto defendido por el Puerto, propuesto por Adif y que costaría entre 12 y 20 millones de euros, consiste en aprovechar la calle 4, donde actualmente hay una vía férrea, para construir unos accesos con ancho europeo e ibérico, que conectarían el puerto con Can Tunis. La calle hace travesía con otras 7 vías y tiene 10 pasos de peatones.

Compañías como Nissan, Makro y la asociación de arrendatarios del polígono, junto con Manuel Royes, delegado del Estado en el Consorcio de la Zona Franca, enviaron el martes una carta al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y al consejero de Territorio, Lluís Recoder, para intentar buscar una alternativa para la salida de los 2,65 millones de TEU (contenedores) que podrá albergar el Moll Prat.

Los firmantes de la misiva se adhieren a la "reclamación histórica" de los accesos prometidos por Fomento, valorados en 400 millones de euros, pero rechazan el trazado sugerido por el Puerto. Para ellos, "el acceso ferroviario causaría un colapso en el tráfico en la vía, esencial para el polígono, y complicaría la movilidad norte-sur entre Barcelona y L'Hospitalet". Una portavoz de la APB asegura que se están estudiando "varias posibilidades" para la conexión.

Uno de los casos críticos es el de Mercabarna, cuya directora general, Montserrat Gil de Bernabé, también firma la carta. Una portavoz de la gestora explicó ayer que Mercabarna quedaría prácticamente aislada por vía terrestre. "Los lunes a las nueve tenemos grandes camiones que llegan a descargar género y a miles de detallistas que vienen a comprar. Esto de por sí ya genera grandes congestiones. Si encima le sumas los trabajos de adecuación o el paso continuo de los trenes [que ahora es anecdótico] causaría grandes problemas".

Otro posible trazado, que es el que más agrada a las empresas de la Zona Franca, es por el antiguo cauce del río Llobregat. Allí hay una línea, propiedad de Ferrocarrils de la Generalitat, y que habría que reconvertir en una de ancho internacional. También serían necesarios los trabajos de conexión con las vías de Adif, para conectar con Can Tunis. Un portavoz del Departamento de Territorio y Sostenibilidad explica que esta salida le gusta más a la Generalitat, pues no se "perturba innecesariamente" a la Zona Franca. El próximo martes las partes se reunirán.