Más empleo y de calidad

Que se cree empleo siempre es bueno, que las oficinas públicas de empleo bajen las listas de parados es bueno, que el Estado tenga más dinero para activar las políticas de empleo es bueno. Lo que no es bueno es la precariedad laboral como consecuencia de la reforma laboral que hace un año aprobó unilateralmente el Gobierno. Se señalaba que el objetivo de la reforma era mejorar el mercado de trabajo y recortar las altas tasas de temporalidad contractual y el aumento sin freno del paro y la precariedad.

Doce meses han transcurrido y lo único que ha aumentado es la precariedad laboral: el 93% de los contratos registrados en las oficinas públicas de empleo es temporal y a corto plazo, pues cuando llegue el otoño volverán donde no deben; también se ha registrado un aumento de los contratos parciales temporales; el motivo no es otro que los costes laborales más bajos en este tipo de contratos, en los que se puede aumentar la jornada laboral sin regularla, ni pagar el exceso de horas.

Lo que está consiguiendo la reforma laboral es el aumento de la precariedad laboral y el desmantelamiento del mercado de trabajo, porque las garantías laborales y la calidad del empleo brillan por su ausencia, ¿Por qué no se defiende con el mismo empeño los derechos de los trabajadores que los de los empresarios?.