"Pronto existirán grupos de refugiados ambientales"
Anxo Mourelle es director general de Aliatec, empresa dedicada a la implantación de medidas sostenibles en las empresas y con sede en el parque tecnológico de Zamudio.
Pregunta. ¿Cuál es el beneficio real para las empresas que aplican medidas sostenibles?
Respuesta. Sostenibilidad es igual a rentabilidad. Tradicionalmente, se creía que una empresa rentable no era sostenible y que la política ambiental más sostenible era la sancionadora. Este esquema se ha dejado atrás. Hoy todas las administraciones de los países desarrollados reconocen que las multas son necesarias, pero no la mejor solución. Por ello se adhieren a mecanismos como la huella de carbono. La sostenibilidad ha pasado a ser un argumento de compra. Según indican estudios que hemos realizado, un producto que tiene un precio medio-bajo y una huella de carbono baja sube las ventas un 20%, aproximadamente.
"El 11-S posibilitó el nacimiento del movimiento de Al Gore"
P. A algunas empresas les sale más barato contaminar que ser verdes.
R. Eso es así cuando el que sanciona es un ente como la administración. La inercia, sin embargo, está cambiando. Ahora quien te sanciona es el cliente. ¿Qué peor sanción hay para una empresa a que sus productos no sean comprados? No se trata de que alguien te vigile. El concepto del Gran Hermano ha desaparecido del medio ambiente. Tus clientes te juzgarán por tu valor nutricional, por lo saludable que sea tu producto y por lo sostenible que sea. El debate no estará en la sanción. De hecho, las multas tenderán a desaparecer porque será el mercado el que se autorregule.
P. ¿Conocen las compañías las medidas medioambientales de las que disponen?
R. Muchas empresas conocen el indicador de la huella de carbono, pero el gran catalizador es la distribución. Quien más se está moviendo es la distribución: Eroski, Carrefour, Mercadona... El principal foco de la sostenibilidad para las empresas es su cliente, que normalmente es una plataforma de compras. Eroski, sin ir más lejos, tiene una política de reducción de emisiones en todo su ciclo de vida. Eso quiere decir que los productos que compre tendrá que disponer de esa estrategia integradas para poder cumplir con sus propios objetivos.
P. ¿En qué posición viaja Euskadi en sostenibilidad?
R. Sin duda, Euskadi es pionera en cuanto a la aplicación de medidas sostenibles en las empresas. En los noventa decidió virar hacia la innovación. Fruto de ese cambio, nació Tecnalia, uno de los mayores centros tecnológicos que hay en España y entre los cinco primeros de Europa. Euskadi es la proa de lo que se debe hacer. La Ley del Cambio Climático de Euskadi, que identifica el impacto ambiental con el esfuerzo de las empresas y que previsiblemente se aprobará en el Parlamento en unos meses, es pionera a nivel europeo.
P. ¿Serán verdes las próximas generaciones?
R. Sin duda. Ahora la cultura ambiental es muy diferente a la de hace pocos años. Quizá en España haga falta deshacerse del mito que dice que lo público no es de nadie. En realidad, cuando alguien contamina un río, está ensuciando algo que le pertenece. No obstante, desde los atentados del 11 de septiembre hemos asistido a un cambio de paradigma radical.
P. ¿En qué sentido?
R. Desde el 11-S el mundo es otro en todos los aspectos, también en lo verde. Aquel día supuso la constatación de que era necesario tener una política activa de desarrollo de países y de culturas. Estados Unidos fue consciente de que eran vulnerables y de que una política preventiva es mejor que una punitiva. Según un documento del Pentágono, el cambio climático supone una amenaza seria y de primer orden para la estabilidad mundial.
P. ¿Cuál ha sido el cambio en la actitud de la gente?
R. Se ha comprobado que, si hay un cambio de tres grados en la temperatura, el nivel del mar subirá y, por tanto, perderemos metros de riqueza. No hablamos de una posibilidad, el cambio climático está aquí y tenemos que implementar estrategias de adaptación, no de mitigación. Pronto existirá un movimiento de refugiados ambientales, porque en muchos países ya no se podrá cultivar. El 11-S cambió todo lo que se pensaba y posibilitó el nacimiento del movimiento de Al Gore, el alumbramiento de un mundo en el que es necesario ser preventivo y conocer las condiciones de tu entorno.
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