"Las sociedades gastronómicas serían un ejemplo de 'crowdfunding"
El director de Donostia Films, Alejandro Urrosolo, analiza el fenómeno crowdfunding; una nueva forma de financiar, producir, realizar, distribuir y exhibir proyectos culturales en la que se cuenta con la participación del público. Pero, además, asegura que el término puesto de moda en EE UU está instalado en Euskadi desde hace muchísimo tiempo "en forma de cooperativismo", desde las sociedades gastronómicas hasta la recaudación de dinero para abrir ikastolas.
Pregunta. El crowdfunding está revolucionando la producción de proyectos culturales?
Respuesta. No creo que esté revolucionando nada. Es sobre todo, una alternativa a la financiación tradicional que puede ayudar a algunos proyectos y a otros no. Es una forma de no tener que estar esperando a que lleguen las ayudas.
"Es una alternativa de financiación que permite no depender de ayudas"
P. ¿Se plantea como una forma de crear más justa y más libre?
R. Cada uno aplica el crowdfunding como mejor le viene, pero sí es verdad que se garantiza la libertad creativa y no tienes que depender tanto de las grandes productoras para poder sacar tu proyecto adelante; un disco, un libro o una película. Si al consumidor le gusta, se pone el dinero por adelantado y no hace falta depender de nadie.
P. Es importante entonces tener una comunidad detrás que quiera tu producto.
R. Sí. Para un proyecto pequeño como un libro con que lo pongas en una plataforma para que te gestione la financiación es suficiente porque no necesitas llegar a más de 100 o 200 personas pero para proyectos con presupuestos más grandes necesitas trabajarte a la comunidad y tener a muchísima más gente que te respalde y te pague una parte de la película.
P. Se ha celebrado estos días en San Sebastián el primer foro de crowdfunding. ¿Cuáles han sido las conclusiones?
R. Queríamos traer el tema a Euskadi porque pensamos que aquí hay mucha cultura de participación. Ha creado mucha expectación a pesar de que es algo que aquí lleva tiempo haciéndose. Esa era un poco nuestra reivindicación. Esto es algo que se ha hecho aquí desde hace muchísimos años. Los americanos le han puesto este nombre, está funcionando fuera y tiene un marketing muy potente. Es lo que nos ha faltado siempre a los vascos, vendernos. Pero ahora es más fácil porque hay tecnología. Digamos que el cooperativismo es algo muy tradicional de aquí, está funcionando y hay que abrirse al mundo.
P. ¿Cuál sería un ejemplo de esos proyectos cooperativistas en Euskadi que tienen que ver con la filosofía del crowdfunding?
R. Las sociedades gastronómicas, por ejemplo. Unas cuantas personas ponen dinero para comprar un local y montar una sociedad. O la recaudación de dinero para la apertura de ikastolas. Cosas naturales que se han hecho sin darles ninguna importancia pero que se están poniendo de moda en el mundo bajo el nombre de crowdfunding.
P. ¿Los realizadores ahora tienen más peso en sus proyectos?
R. Sí. Es una cuestión importante porque el autor ha querido tener siempre el dominio de la obra pero en muchos casos no querían la responsabilidad y se la pasaban a una productora que es la que pone el dinero. Ahora, los proyectos nuevos del cine interactivo tratan de que el autor esté en todo el proceso. Tiene el derecho sobre su obra pero también la resposabilidad de sacar el proyecto adelante desde el inicio hasta el final.
P. Con las nuevas tecnologías el espectador ha pasado a ser usuario.
R. La interacción con el público es lo que está cambiando. Ya no se trata de una película plana sino que la participación de la gente se da desde en el mismo proceso de creación. Las personas pueden seguir por Internet la realización de una película o decidir qué protagonistas aparecen en una secuencia. Se implican en la realización y la financiación.
P. ¿Cómo explicaría lo que son los productos transmedia?
R. Una misma historia que se desarrolla a través de diferentes plataformas; videojuegos, comics, libros,... En Donostia Films, tras cinco años trabajando este tema, vemos que son cuatro: la tradicional (cine y DVD); la digital (juegos, móviles), eventos sociales y redes sociales.
P. ¿Cuál es el futuro del sector audiovisual?
R. La producción tradicional sigue en crisis. Se imponen los proyectos interactivos. Por eso creemos que este momento es importantísimo. El sector audiovisual está en crisis pero es el futuro y hay que reinventarlo. Ahí es donde la gente joven tiene el futuro en sus manos porque lo está inventando día a día.
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