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EL POTRERO | FÚTBOL | Copa América

El poder guaraní

Soledad Gallego-Díaz

El Club Atlético Deportivo Paraguayo es uno de los más nuevos de Buenos Aires. Lo fundaron en 1965 los miembros de esa colectividad inmigrante y milita actualmente en la quinta categoría, la más baja de las reconocidas por la Federación Argentina. No tiene estadio propio (alquila el de otro club cuando le toca jugar en casa) pero sí una coqueta sede en el barrio de Barracas, en la zona sur y pobre de la ciudad, pegando con La Boca. La mayor alegría se la dio a sus hinchas el día que subió, durante poco tiempo, a cuarta categoría. Y su mayor orgullo, haber recibido la visita del gran Augusto Roa Bastos.

El Deportivo Paraguayo no es solo un club de fútbol, sino, como la inmensa mayoría de los clubes creados por inmigrantes, un lugar donde se hacen muchas otras cosas. Por ejemplo, se aprende a escribir guaraní y un buen grupo de músicos enseña guitarra y bailes.

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España no ha sido el único país del mundo en recibir inmigración latinoamericana. Muchos paraguayos, bolivianos o peruanos, antes que cruzar el Atlántico, optaron por cruzar la frontera con Argentina, que se ha convertido de este modo en un importante país de acogida de centenares de miles, seguramente algunos millones, de sudamericanos que buscan tanto un trabajo como una vida mejor.

En Buenos Aires Capital Federal, la mayoría del servicio doméstico y la mayoría de los obreros de la construcción son ciudadanos paraguayos. Según el consulado, casi 300.000 de ellos han regularizado su situación, pero cerca de otro medio millón continúa sin papeles, alojados en habitaciones de alquiler (el equivalente a los conventillos en los que vivieron millones de inmigrantes españoles e italianos en la primera mitad del siglo XX), en La Boca y en Barracas o en La Matanza, ya en el extrarradio bonaerense.

Son ellos, junto con el cerca de un millón de paraguayos ya de segunda generación que viven en todo el país, los que se vuelcan estos días en apoyar con pasión a su selección en la Copa América. El equipo se estrenó anoche jugando en Santa Fe contra Ecuador y su presencia se hizo bien visible. Casi tanto como la de los bolivianos, que están entusiasmados con su empate frente a Argentina en el partido inaugural (1-1), y que ahora están dispuestos a llenar el estadio de Jujuy, el próximo jueves, frente a Costa Rica

Jujuy, además, está muy próxima a Bolivia, y podrán contar no solo con quienes viajen desde allí, sino con los miles que ya están asentados en su capital, San Salvador.

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