Adiós al 'consejo de sabios' de Madrid

El presidente del Madrid y el del Atlético, los rectores, representantes vecinales, directores de museo, periodistas y hasta un exjefe del Gobierno, todos fueron invitados a formar parte del consejo de sabios que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ideó en 2004, puso en marcha dos años después, y después dejó morir en silencio.

Ahora, el gobierno municipal se lo ha encontrado en un cajón y ha descubierto que le viene de perlas transformarlo en un vehículo para implicar a la oposición y a otros sectores sociales en el empeño titánico de crear empleo (150.000 puestos ha prometido Gallardón). Coincide además en forma y fines con los deseos del Partido Socialista, que busca un mecanismo para hacer oír su voz en esta materia. La semana que viene se celebrará, a petición socialista, un pleno extraordinario sobre empleo. Será el primer escalón de este nuevo engranaje político y administrativo para resucitar la economía.

El grupo de notables se constituyó en 2006 pero no volvió a reunirse nunca

El Consejo Director, un órgano consultivo que reunía a 62 personalidades de ámbito nacional y local, nació con la misión de aportar "propuestas para el desarrollo social, cultural y económico" de la ciudad, y "promover la participación ciudadana y la mejora de la calidad de la democracia local". Sus estatutos se plantaron en mayo de 2004, se constituyó en diciembre de 2006 y nunca más volvió a reunirse. Presidido por el alcalde, contaba con el exjefe de Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo (Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar excusaron su presencia), exalcaldes y expresidentes regionales, los directores de la RAE, de la Asociación de Periodistas, de los colegios profesionales, etcétera. Era "el vértice de una pirámide" de órganos consultivos sectoriales y territoriales. Pero, en opinión del edil de Economía, "no ha funcionado". "Era inoperante por lo numeroso y dispar de sus representantes", explica Miguel Ángel Villanueva. El alcalde anunció el jueves que sufrirá "modificaciones muy importantes" para darle "contenido y fuerza". Villanueva concreta: "Será más reducido, operativo, fácil". Tanto su ámbito de actuación como su composición se dirigirán al objetivo primordial de estos cuatro años: crear empleo. Reunirá así a partidos, sindicatos, empresarios "y a algún sector social más", aún por definir. Será, pues, muy similar al Consejo Local, también consultivo, en el que colaboran Gobierno y agentes sociales, pero con la oposición. "El PSM lo propuso y el alcalde aceptó para que el resto de los partidos también aporten sus ideas", asegura Villanueva. "Era uno de nuestros compromisos electorales", coincide Jaime Lissavetzky. En opinión del líder socialista, será un "instrumento útil, no como el consejo de notables", y por tanto debería integrar solo a partidos y agentes sociales. "Esa sería la mesa principal; luego se incorporarían, para temas específicos, universidades, centros de investigación, vecinos, etcétera. Sería una especie de consejo económico y social de la ciudad, operativo y sin gasto extra", añade Lissavetzky.

Mutar ese consejo de sabios en un comité ágil llevará al menos tres meses. Entretanto, se constituirá, a propuesta del Ayuntamiento, una mesa de empleo en la que estén partidos y agentes sociales, que prefigurará la labor del nuevo órgano. Una y otro serán consultivos: trasladarán sus propuestas al Consejo Local y, por ende, al Gobierno.

La primera etapa de este proceso será el pleno extraordinario del próximo jueves, donde tanto el PSM como el PP presentarán sus propuestas electorales en materia de empleo. Lissavetzky quiere plantear cambios estructurales (por ejemplo, crear un parque tecnológico en el sur de la ciudad ligado a la universidad Carlos III) y coyunturales (un plan específico en cada distrito, por ejemplo).