Los centros culturales se quitan la capota

Y sí, las terrazas son para el verano (y para los fumadores). A la llegada del periodo estival, la ciudad se vive en la calle. Y desde que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, decidió que Madrid podía ser París, la capital ha ampliado espacios al aire libre. Las terrazas se multiplican en plazas, zonas peatonales y aceras. Surgen como setas en múltiples versiones. En azoteas de hoteles (Urban, Oscar, Me, UNED...); con modernos sillones, como las del Ramés en la Plaza de la Independencia; en minúsculos rincones, como las que se han abierto en la calle de Padilla (barrio de Salamanca); más señoriales y entoldadas, como las de la recientemente remodelada calle de Serrano; y prevalecen las tradicionales sillas metálicas por la zona centro.

A todas ellas se suman otras que pelean su clientela completando su oferta con chefs de renombre, conciertos u ofertas culturales de toda índole. Tres han arrancado esta temporada pisando fuerte. La de Casa de América, amparada en las exquisiteces comestibles y bebibles de Le Cabrera; la de Matadero, convertida en el archipiélago más cool de la ciudad; y la de La Casa Encendida, que amplía su oferta cultural por todo lo alto.El palacio de Linares abre sus jardines al buen tiempo y renueva su terraza vistiéndola con sus mejores galas. Un lugar al que se accede desde el número 4 de la calle de Recoletos y donde se pueden degustar unas apetecibles ostras sorlut o una fresca mousse de aguacate con el sello de Le Cabrera. "Un punto de encuentro para los amantes de la buena mesa y la calidad", aseguran. El nuevo Le Cabrera Casa de América comparte la personalidad de Le Cabrera Cocktail & Gastro Bar (Bárbara de Braganza, 2) gracias al trabajo de Luis Galliussi en el interiorismo y la experiencia de Benjamin Bensoussan en su cocina y Diego Cabrera en la coctelería. Un lugar en el que comer y beber en un ambiente relajado con un amplio horario de apertura (de domingo a jueves, desde las 16.00 hasta las 2.00, y viernes, sábados y víspera de festivos, de 16.00 hasta las 2.30). En esos espacios de tiempo cualquiera puede aprovechar también para degustar alguno de sus cócteles estrella como el tom collins o un orange blossom.

La apuesta del centro cultural Matadero Madrid es mucho más moderna. El artista mexicano Jerónimo Hagerman ha convertido su amplia plaza en un "espacio de socialización" que han dado en llamar Archipiélago. "Un lugar para el encuentro de artistas y público en el que tomarse algo, descansar y asistir a lo mejor de la música independiente madrileña". La inauguración de este espacio, el pasado miércoles, se celebró con actuaciones de Los Claveles y Bravo Fisher, el primer plato de todo un programa de 11 conciertos para la caída de la tarde de los jueves veraniegos, que bajo el nombre de Archipiélago Pop acoge lo mejor de la música underground de Madrid. Algunos de los próximos grupos confirmados son Band à Part, Luis Brea u On Your Bike. Los viernes, Archipiélago alberga sesiones de algunos de los dj's más peculiares del panorama madrileño, mezclando géneros y recuperando clásicos como calipsos y ritmos tropicales, entre otras rarezas.

La instalación Archipiélago es un sistema modular móvil de 20 hexágonos de diferentes tamaños colonizados por plantas trepadoras. Está previsto que en ediciones futuras sean otros artistas los que intervengan en el espacio y continúe la programación musical. Abierto de martes a domingo, de 21.00 a 24.00, está atendido por el servicio de restauración del Café Teatro de las Naves del Español.

La Casa Encendida se va a lo más alto: su azotea. Y este año La Terraza vuelve a sonar y "quiere reunir a los últimos románticos, artistas que pululan en un universo entre cinematográfico y casi distópico, con discursos caracterizados por la fragilidad y la pasión". Para ese viaje sonoro han apostado por artistas norteamericanos como Julia Kent, Matt Eliot, Baby Dee, Junio Boys, Dirty Beaches...