A taconazo limpio por la calle de Pelayo
Los había rojos, dorados, amarillos, morados, negros, de lunares... Modelo sandalia, o de salón... Los tacones se incrustaron ayer con fuerza contra el empedrado de la calle de Pelayo en la tradicional carrera del Orgullo.
Un total de 14 participantes (y no los 22 que inicialmente se habían inscrito) se presentaron en el escenario dispuestos a cruzar el tramo que va desde la calle de San Marcos a la de Gravina, dejándose los dedos y los tobillos en el intento, si era necesario. Aunque no fue una de las carreras de tacones más participativa, sí se mantuvo la expectación de años anteriores. Hasta el punto de que el pasillo por el que debían pasar los corredores quedó reducido a un metro de ancho en algunos tramos.
Fue una carrera multicultural: "Esto parece la ONU", gritaba una drag queen desde el escenario, tras haber hecho las presentaciones: "Adolfo, de Guinea... ¡¿Un gay en África?!, pues sí, verán cómo este corre como si oyera el rugido del león", anunció. Y después vinieron Víctor de Vallecas "y bisexual"; Alfonso, de Valdemoro (heterosexual); Carlos, de Cataluña, "ese otro país" (y hetero); Vincent, desde Francia, que se definió a sí mismo como "maricón" ("con una buena tilde")... Pero también estuvieron representados Perú, Venezuela...
Hubo una importante participación de heterosexuales y bisexuales frente a la abrumadora mayoría de homosexuales de años anteriores. Y se produjo alguna caída sin importancia. La carrera, durante la cual los participantes tuvieron que vestirse, ponerse pelucas, maquillarse y conseguir abanicos sobre esos imposibles tacones, estuvo muy reñida hasta el final. Pero el sprint de Carlos, ataviado con sandalias rojas con lunares blancos, fue definitivo y se alzó con la victoria. Un año más, el cachondeo y las risas fueron la tónica dominante en el inicio de una segunda velada del Orgullo 2011 a taconazo limpio.
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