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Último debate del estado de la nación de Zapatero

Un adiós que dispara la especulación

La Moncloa dice que no hay decisión sobre la fecha electoral y que el tono personal de Zapatero es consecuencia de su tendencia a humanizar la política

"Usted puede mirar a los ojos de los españoles, puede mirar a los ojos de su padre, que lo vimos ayer muy orgulloso de usted, y de sus hijas. (...) Recuerdo la primera conversación con usted en su despacho hablando de nuestras hijas, que tienen más o menos la misma edad, porque yo tengo una hija de 16 años y usted también, y yo le decía lo que significó para mí que mi hija, con ocho años, me dijera: 'Mamá, ¿quién es más importante, el Ayuntamiento o yo?' Yo le dije: 'Yo te quiero, mi amor'. Y me dijo: 'No te estoy preguntando eso'. Y la niña con ocho años tenía razón. Usted y yo nos perdimos muchas cosas de la vida de nuestros hijos, pero en la vida que le empieza ahora vienen un montón de momentos, agárrelos fuertemente y disfrútelos. Se lo merece. Se lo merece a nivel humano y a nivel personal. No es infalible", le dijo ayer la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, al presidente del Gobierno desde la tribuna del Congreso.

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Poco después, José Luis Rodríguez Zapatero abrazaba a José Antonio Alonso, su amigo personal desde que eran estudiantes en León, mientras era aplaudido por los diputados del PSOE. El homenaje tuvo continuidad luego en otra ovación en el patio del Congreso, cuando se montaba en el coche camino de La Moncloa.

Por eso y porque Zapatero así lo quiso en su intervención, el ambiente ayer en el Congreso era de adiós. Incluso de abundancia de emotividad y de exceso de despedida para quien teóricamente podría permanecer casi un año todavía en La Moncloa. Por eso, los diputados del PSOE se fueron ayer con la impresión de que la legislatura está acabada. "¿Se despediría tanto si le quedaran casi 11 meses?", se preguntaba uno de los veteranos. No quedarían debates de la nación, pero sí plenos sobre economía, comparecencias sobre cumbres europeas y sesiones de control al Gobierno. Al menos, aseguran, las Cámaras abrirían en septiembre para terminar las dos reformas que quedan por aprobar y que avanzarán en las Cortes durante julio: la de las pensiones y la negociación colectiva.

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Fuentes del Gobierno aseguran que no había una decisión premeditada de dar impresión de despedida. Que ha surgido de forma natural, porque Zapatero era consciente de que era su último gran debate y porque le gusta humanizar la política con gestos personales. En lo político, añaden que aunque España sabe que ya no será candidato, se trata de dejar clara la perspectiva de una nueva etapa. Y que, en todo caso, no hay una decisión clara sobre la fecha de las elecciones, porque no hay certeza siquiera de qué sería mejor para sus intereses.

En esos diputados socialistas había una sensación agridulce, porque con el emotivo adiós y la sensación de postración por el resultado del 22-M y las expectativas de las encuestas se mezclaba ayer la impresión de que Zapatero había ganado el debate. Sobre todo en la primera réplica a Rajoy, cuando el presidente fue el parlamentario implacable de sus grandes tardes y logró desarmar al líder del PP, refugiado solo en el mantra de la petición de elecciones para no revelar sus propuestas. Los datos no acompañan al Gobierno, la situación económica sigue siendo pésima, Rajoy está en condiciones de ser el político democrático que haya tenido más poder estatal, municipal y autonómico, pero el líder del PP sigue sin ganar debates. El presidente completó ayer la impresión de fin de ciclo y testamento con explicaciones como la del proceso de paz que, según dijo, ha sido decisiva para dejar a ETA en la situación de debilidad en la que está.

Zapatero, además, en ningún momento del debate dijo expresamente que quiera terminar la legislatura; a lo más que llegó es a hacer guiños al PNV para que inicie la negociación de los Presupuestos. "El señor Erkoreka pregunta si hay partido. Lo dice como si de él o de su grupo no dependiera nada (...) Debemos ver, hacer una evaluación de lo que quede por cumplir y hablar de los Presupuestos para el próximo año", le respondió Zapatero al portavoz del PNV en una réplica que al portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, le hizo dudar sobre si habrá elecciones en otoño.

Mientras, en los dos días de debate, Alfredo Pérez Rubalcaba dejó todo el protagonismo a Zapatero y no ha querido hacer una sola declaración. El nuevo candidato se dejó ver lo imprescindible.

Abrazo entre Zapatero y el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, tras la intervención de este.
Abrazo entre Zapatero y el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, tras la intervención de este.B. PÉREZ

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