El Estado reduce un 25% el déficit hasta mayo
La corrección de los desequilibrios se ralentiza - Los gastos de personal dejan de crecer por primera vez
Los desequilibrios públicos disminuyen, aunque a una velocidad algo inferior a la del arranque del año. El déficit del Estado se redujo casi un 25% en los cinco primeros meses del año, hasta alcanzar 13.767 millones de euros (el 1,26% del PIB). Se trata de un ritmo intenso, aunque más pausado que el mantenido hasta abril, cuando los números rojos cayeron a la mitad respecto a 2010. Con datos cercanos a los primeros seis meses del año, el Gobierno defendió ayer el cumplimiento de las previsiones y se atrevió a vaticinar una mejora sobre lo presupuestado.
"Los datos van en línea con lo previsto, lo que nos permite reafirmarnos en la previsión y esperar razonablemente un margen positivo, como ocurrió el año pasado", explicó el secretario de Estado de Hacienda, Juan Manuel López Carbajo, en la Comisión de Presupuestos del Congreso. Pese a la prudencia que exhibió en su primera comparecencia parlamentaria -apenas lleva 20 días en el cargo-, el responsable de Hacienda quiso rebatir la impresión de que las arcas públicas no están ingresando lo suficiente para cumplir la meta de este año: limitar al 6% el déficit en el conjunto de las Administraciones públicas.
El secretario de Estado pide a las comunidades que cumplan sus metas
López Carbajo admitió, eso sí, que el grueso de la mejora de las cuentas obedece a las subidas de impuestos aplicadas, especialmente la del IVA, el único tributo que crece significativamente, y no tanto a la mejora de la economía. Con datos hasta mayo los ingresos públicos avanzan un 5,9%, medio punto por encima de lo esperado para todo el año. Sin embargo, en el segundo semestre los incrementos respecto a 2010 resultarán más costosos. El motivo es que se agotan los elementos que favorecen la comparación. Por el lado de los ingresos, a partir de julio se neutraliza la mejora atribuida a la subida del IVA, pues la comparación ya toma como base un periodo en el que los tipos eran los actuales. Por el lado del gasto, el efecto vence este mes, cuando se cumple un año desde que comenzó a aplicarse la rebaja salarial de los funcionarios.
El capítulo de empleo público es el que más se resiste a acusar los recortes. Un año después de aprobarse las drásticas medidas de austeridad, el gasto en personal se estanca ahora por primera vez. Pese a la reducción del 5% en las retribuciones, las incorporaciones de personal fruto de compromisos anteriores seguían engordando esta partida. Si se aíslan solo los sueldos, los datos de mayo arrojan una caída del 4,6%, que queda neutralizada por el mayor desembolso que tiene que hacer el Estado en las pensiones de los funcionarios jubilados y que se atribuyen a este capítulo.
La caída en el gasto corriente, en los intereses de la deuda pero sobre todo en las menores transferencias a las comunidades autónomas, han propiciado una fuerte reducción del gasto global respecto a 2010: un 20,9%. Los menores fondos que circulan hacia las comunidades se explican por el nuevo sistema de financiación, que les da mayor participación en los ingresos a cambio de reducir los gastos del presupuesto.
A las comunidades lanzó López Carbajo un suave llamamiento a la responsabilidad que fue recogido con desagrado por parte de CiU. El secretario de Estado apeló a la implicación de todas las Administraciones en la consecución de las metas. "Espero que cada parte cumpla con tu compromiso", aseguró, lo que fue interpretado por el diputado Pere Macías como "un gravísimo insulto". Vicente Martínez Pujalte, del PP, instó al Gobierno "a sentarse con las comunidades y pedirles reformas estructurales del gasto público". La próxima cita con esas Administraciones se producirá en la última semana de julio en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, confirmó López Carbajo.
Frente a la mejor evolución del Estado, la Seguridad Social empeora sus cifras respecto a 2010, aunque es la única administración que conserva superávit. Los 8.153 millones registrados hasta mayo suponen una bajada del 15%. El motivo es que los ingresos caen un 0,49% -debido a que bajan las cotizaciones de parados y no son sustituidas por otras de ocupados- y que los gastos crecen el 2,34% porque las pensiones mejoran y son más numerosas.
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