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Un año sin control de vertidos

La estación de alerta del Guadaíra en Sevilla lleva inoperativa desde junio de 2010

Manuel Planelles

El río Guadaíra estuvo vinculado tradicionalmente a los molinos de pan. Hasta la irrupción de la industria del aderezo de aceituna en los ochenta que, además de relanzar la economía local, provocó un deterioro alarmante del río debido a los vertidos. La situación llegó hasta tal punto que en marzo de 1996 el Gobierno regional tuvo que poner en marcha el programa coordinado de recuperación y mejora del Guadaíra. Tras décadas de vertidos, el río ha sufrido una transformación radical en los últimos años y la calidad de sus aguas ha vuelto a niveles aceptables. Sin embargo, sigue siendo víctima de algunos episodios de vertidos industriales.

En la cuenca del Guadalquivir se instaló a mediados de los noventa el sistema Saica. Se trata de 21 Estaciones Automáticas de Alerta (EAA) que sirven para la vigilancia e información sobre la calidad de las aguas. En el río Guadaíra se instalaron dos de estas estaciones de alerta y la principal -la que está aguas abajo, ya en el término municipal de Sevilla capital- lleva inoperativa desde el mes de junio del año pasado.

La industria de la aceituna ha evacuado durante décadas sus residuos en el río

"EAA no operativa por actos vandálicos", es lo que se indica, uno tras otro, en los informes mensuales que la dirección general de Planificación y Gestión de la Consejería de Medio Ambiente cuelga en Internet sobre el cumplimiento de los parámetros de calidad. El último informe en el que estaba operativa la estación 503 -la ubicada a la altura de Sevilla- es el de mayo de 2010. En ese último análisis se señalaba que, a esa altura del río, no se cumplían las condiciones de calidad mínimas de temperatura, conductividad y oxígeno disuelto que fija el plan Hidrológico del Guadalquivir.

Pero estas estaciones de alerta no sirven solo para la elaboración de los informes mensuales de cumplimiento de los parámetros de calidad. Recogen muestras y envían los datos de forma continua vía satélite, con lo que son la forma más rápida de detectar un vertido y de actuar para paliar sus efectos.

A finales del año pasado la Agencia Andaluza del Agua achacó los problemas surgidos en esta estación de control a los robos y actos vandálicos. Seis meses después, sigue sin funcionar.

En el Guadaíra existe otra más, pero está situada aguas arriba, en el término municipal de Morón de la Frontera (Sevilla). Además, según detalla Manuel López Peña, director de la oficina del programa para la recuperación y mejora del Guadaíra, en el río hay otra red de puntos de control, pero se trata de zonas donde se toman manualmente muestras. Luego no tienen la función de alerta como las de la red Saica.

López Peña se ha encargado de coordinar la exposición El Guadaíra vuelve a vivir, que se inaugura este martes en la Casa de la Ciencia de Sevilla. Este ingeniero industrial insiste en la importante recuperación que se ha realizado en los últimos años del río. "Ha cambiado radicalmente", señala. Y pone como ejemplo las aguas urbanas: "En 2004, ningún pueblo depuraba sus aguas", señala López Peña.

Respecto a la industria del aderezo, antes de ponerse en marcha el plan de recuperación, al río Guadaíra se vertían cada año unos 300.000 metros cúbicos de residuos de lejías, aguas de lavado y salmueras de estas industrias. Eran los desechos que generaban los 80 millones de kilogramos de aceituna que anualmente se envasan en las industrias ubicadas en la cuenca de este río. Con la puesta en marcha del programa de recuperación se han instalado balsas de evaporación para los residuos del aderezo. Además, se ha creado un sistema de balsas de emergencia para proteger al río ante los vertidos, con lo que se ha reducido el impacto de esta industria notablemente.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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