El fiscal critica a la juez del 'caso Tellería' por el "verdadero marasmo" de la causa

El fiscal jefe alavés, Josu Izaguirre, ha aprovechado la memoria de la actuación del Ministerio Público en la provincia el pasado año para hacer una dura requisitoria contra la actuación de la juez Ana Jesús Zulueta, quien imputó a ocho periodistas -después redujo su condición a la de testigos- por supuesta violación del secreto del sumario del caso Tellería, el presunto espionaje a diversas personalidades alavesas por el que se van a sentar en el banquillo el exdirigente peneuvista Aitor Telleria y dos ertzainas.

Izaguirre recalca que las investigaciones de la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Vitoria en esta causa "se encuentran sumidas en un verdadero marasmo en el que se desconoce la real condición procesal de muchas de las partes". A ello añade que, pese a que el secreto del sumario de la investigación del caso Tellería, que tramita otro juzgado vitoriano, se levantó hace ya algunos meses, la juez Zulueta no ha solicitado -o al menos a la fiscalía no le consta- que se le envíe ningún testimonio de la causa supuestamente filtrada, "lo cual no deja de ser sorprendente". Y, a renglón seguido, abunda que "cuando dicho testimonio se incorpore, se podrá comprobar que las filtraciones denunciadas nunca han existido y que se ha imputado a ocho periodistas en base a un delito que nunca se produjo".

Izaguirre recalca las "constantes dificultades" para la investigación

Zulueta admitió a trámite en agosto pasado una denuncia de los letrados de los tres imputados contra tres periodistas de EL PAÍS, otros tantos de El Correo y dos de El Mundo. Todos ellos se acogieron al secreto profesional cuando declararon a la juez. Al día siguiente de la comparecencia de la última de los ocho periodistas citados, el juzgado de Zulueta recibía un anónimo que especulaba sobre la cesión de información por el propio Izaguirre a varios periodistas en torno a estos hechos. La titular del juzgado lo incorporó a la causa unos 10 días después.

El fiscal alude también a este hecho en su memoria para considerarlo parte de la "guerra sucia" abierta por "determinados intereses", a los que no identifica, "amparados en un cobarde anonimato". Izaguirre no sólo recalca que las imputaciones que se le hacen sobre "inexistentes filtraciones sumariales" son falsas, sino que ve insólito que se uniese a la causa pasado el citado plazo tras su llegada al juzgado, "sin comunicar nada a la fiscalía" y sin que su titular conozca "el motivo de dicho paréntesis así como qué ocurrió durante tan dilatado periodo de tiempo con dicho anónimo".

El titular del ministerio público provincial destaca además que toda la investigación del caso Tellería, ya finalizada, "tuvo que hacer frente a grandes dificultades para conseguir avanzar". Y más adelante reitera que "las dificultades que se han tenido que superar a lo largo de dicha investigación han sido constantes y, en muchos casos, se han movido fuera de los cauces estrictamente procesales", punto en el que cita la denuncia contra los informadores.

Esas dificultades explican, apunta la memoria, las sucesivas prórrogas del sumario que a lo largo de varios meses decidió el juez instructor, Roberto Ramos. Izaguirre las justifica por "la extremada sensibilidad de la información que se estaba manejando", en alusión a las fichas de ordenador intervenidas a Telleria con datos de personalidades alavesas y de otros ciudadanos, supuestamente realizadas por los dos ertzainas acusados. Mantener el secreto sumarial tenía como fin "evitar poner en riesgo la vida de las personas aludidas en los documentos intervenidos", enfatiza la memoria.

Izaguirre recuerda además el comienzo el año pasado de la investigación del caso De Miguel, la supuesta trama de corrupción durante cuya instrucción se descubrieron en un ordenador de Tellería las citadas fichas. Sin citarlo, el fiscal reprocha al PNV que defendiese en su día que hubiese bastado citar a los imputados, todos ellos ligados a ese partido en Álava, sin que la Ertzaintza les detuviese. Defender tal cosa, esperando que los acusados aportasen de manera voluntaria pruebas en su contra "es desconocer la naturaleza humana y las pautas más básica de la actividad investigadora", incide el fiscal.